En el noroeste de la isla de Tenerife se encuentran las salinas de la Caleta de Interián. Restos de una explotación salinera muy singular que forma parte del acervo etnográfico de la localidad de Los Silos.
- Dónde: Los Silos.
- Duración: Lo que te apetezca disfrutar del entorno.
- Dificultad: baja.
- Imprescindible: Calzado adecuado si pretendes caminar por las rocas. Cuidado con los resbalones. Descargar artículo en PDF
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En busca de lo esencial
Como seguro bien sabes ya la obtención de sal a partir del agua de mar fue una industria floreciente en el pasado de nuestras islas. Por suerte, aún quedan algunas salinas en explotación, fundamentalmente en las islas orientales del archipiélago y en La Palma. Estas salinas tradicionales tienen hasta cierto punto una fisonomía común: un gran embalse o depósito de cierto tamaño, los tradicionales tajos en los que se depositan las finas láminas de agua para su evaporación y los molinos empleados para mover el agua están presentes siempre de uno u otro modo.
Existen sin embargo en las Canarias vestigios de un modo más artesanal de extracción. Un método primitivo que bien pudiera asemejarse al empleado por los antiguos aborígenes para obtener el tan preciado elemento.
Es en la isla de Tenerife donde localizamos una pequeña explotación salinera, si es que podemos denominarla así, que responde a estas características: las Salinas de la Caleta de Interián.
Salinas de la Caleta
Estamos en la Caleta de Interián, en la costa del municipio de Los Silos, al noroeste de la isla. Caminamos sobre el comienzo de un entorno natural conocido como la Isla Baja, una inmensa llanura de lava que se adentra en el mar y se extiende hacia el oeste, a medida que nos aproximamos a la punta de Teno.
Aquí la costa presenta el habitual encuentro entre lava y océano tan característico de este archipiélago nuestro. La Caleta de Interián es una ensenada natural. Un pequeño caserío marinero que abraza una playa de callaos y que esconde, cual tesoro perdido, sus particulares “salinas”.
A pocos metros de la playa, en su margen izquierdo según se mira hacia el mar, se accede a una zona relativamente grande de charcos. A primera vista podría parecer que estamos ante un paisaje anodino y frecuente: charcos de diversas formas y tamaños bañados por la marea reflejan la luz del sol y hacen las veces de hogar efímero a pejeverdes, cangrejos moros y burgados.
Sin embargo, el observador atento descubrirá al poco tiempo algo inusual: algunos de los charchos de menor profundidad perecen tener una forma característica. Un perímetro hasta cierto punto regular que se repite aquí y allá, sin seguir un patrón aparente. Una observación más detallada revelará entonces que la mano del hombre ha ayudado a crear este espacio tan singular, pues muchos de estos charcos presentan bordes artificiales, o están cerrados por pequeñas estructuras construidas con ladrillos y cemento.
Es entonces cuando el entorno en su conjunto se revela como lo que es, una explotación salinera en la que la forma natural del entorno, tan propicia para la labor, ha sido perfeccionada y adaptada ligeramente para sacarle el máximo provecho. Todo un alarde de arquitectura sostenible.
Tradición salinera en Los Silos
Cuentan que el proceso consistía en trasladar el agua salada mediante cubos a estas pequeñas piscinas poco profundas. Depósitos improvisados, medio naturales – medio artificiales, en las que el agua reposa en finas láminas a la espera de que el sol la evapore.
Desconocemos si la explotación de estas salinas naturales, que estuvo siempre a cargo de las mujeres de este pueblo marinero, sigue aún activa. Es probable que así sea, a pesar de que no tuvimos ocasión de ver a las Salineras de Los Silos en acción. Tal vez el invierno, la época del año en que visitamos este lugar, no sea la más propicia. Podría ser simplemente que la tradición se haya perdido ya. En cualquier caso, visitar la Caleta de Interián, callejear por el barrio, pasear por la playa y descubrir estas singulares salinas es un buen modo de hacer que está herencia del pasado permanezca viva, al menos en nuestra memoria.
Cómo llegar
Llegar en coche desde la capital te llevará al menos una hora. Debes dirigirte a través de la TF-5 primero hacia el Puerto de la Cruz y después continuar hasta San Juan de la Rambla, donde seguirás por la TF-42 hasta Garachico.
La Caleta de Interián se encuentra a medio camino entre Garachico y el casco de Los Silos y su acceso por carretera está convenientemente señalizado. Te dejamos en cualquier caso la localización exacta indicada en el mapa.
Más salinas en Canarias
Te hemos contado que hay varias salinas todavía en explotación. Hemos visitado muchas de ellas, pues conforman un paisaje que por alguna razón, quizás por su interés desde el punto de vista fotográfico, siempre nos atrae. Si como a nosotros te llaman la atención no te pierdas nuestras microAventuras en Las Salinas del Janubio, Tenefé, El Carmen o El Bufadero.
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