Hemos oído muchas veces que la abundancia de lluvias – en Canarias siempre esperamos la lluvia- está asociada a la actividad del Sol. Esta se pone de manifiesto por la abundancia de “manchas solares” visibles en la superficie. Antiguamente también se las relacionó con terremotos, plagas y demás catástrofes. Si ir más lejos, las abundantes lluvias del invierno de 1955-1956 causantes de históricos corrimientos de tierra en la isla de Gran Canaria, (Los puentes de Rosiana) tenían en opinión de algunos autores (Macau 1956) “causas heliológicas”.
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Llevados de la curiosidad te proponemos hoy una microaventura de ventana o de azotea si quieres, válida para cualquier espacio soleado, una aventura de andar por casa, pero enormemente interesante. Compartimos la observación de manchas solares durante dieciséis amaneceres. Te decimos cómo lo hicimos.
¿Qué son las manchas solares?
Son regiones del Sol que se manifiestan como pequeñas manchas oscuras en la superficie, a veces solitarias, otras formando grupos más o menos numerosos. Técnicamente son regiones solares donde los campos magnéticos son muy intensos. Se pueden observar por decenas, por ejemplo en el momento de escribir estoy hay contabilizadas 48. Hay una técnica algo engorrosa para contarlas. Las hay de distintos tipos, grandes y complejas o más simples y pequeñas.
!Algunas superan el tamaño de la Tierra!
Lo más curioso es que se ha comprobado que el número de manchas cambia de año en año, con carácter cíclico, de tal manera que cada once años aproximadamente se repite un mínimo o un máximo. Mira la siguiente figura.
Precauciones con la observación del Sol
No estamos de broma. Observar el Sol con un telescopio, unos prismáticos, incluso con un teleobjetivo es muy peligroso. Nunca se debe observar directamente el Sol porque puede producir daños inmediatos e irreversibles en nuestra vista. La retina no es sensible al dolor y una lesión irreversible puede pasar inadvertida en los primeros momentos. Además de la luz visible, a través de las lentes y los espejos recibimos peligrosos rayos infrarrojos y ultravioletas. Si se utiliza una cámara fotográfica no se debe mirar por el visor de la cámara para encuadrar o enfocar.
¿Cómo hacerlo entonces?
Proyectando la imágen sobre una pantalla, por ejemplo sobre un papel o una superficie blancos. Para ello podemos utilizar el telescopio, por ejemplo un refractor, el tipo más común. Con el objetivo tapado lo orientamos hacia el sol, guiándonos de su propia sombra, hasta que forme un círculo sobre nuestra cartulina. Entonces lo destapamos y deberíamos ver la luz intensa del sol sobre el papel, ajustando la distancia de la cartulina al objetivo, o regulando el tornillo de enfoque lograremos un disco nítido y brillante. Como también la luz directa del sol ilumina la cartulina, es conveniente crear una sombra alrededor del telescopio con otra cartulina. Si utilizas unos prismáticos, lo más práctico es fijarlos sobre un trípode, y orientarlos moviendo la rótula del mismo. Ver las imágenes.
Y ahora a hacer de Galileo
Habíamos pensado titular esta entrada “Macchia solari”, en honor al insigne sabio de Pisa, primer estudioso de las manchas solares. Si eres capaz, aquí tienes para empezar la “Istoria e dimostrazione intorno alle macchie solari e loro accidenti” Roma 1613. Puedes encontrarlo en Internet Archive. Con los dibujos, como los que podemos hacer nosotros en nuestras cartulinas.
Y ahora unas preguntas que se nos ocurren:
- ¿Se mueven las manchas?
- ¿Aparecen de repente o poco a poco?
- ¿Cuánto duran?
- ¿Cuántas son?
- ¿Cuanto miden?
- ¿Cómo las contamos? ¿Las pequeñas igual que las grandes?
- ¿Se desplazan unas respecto de otras o todas a la vez?
- ¿Si están ancladas a la superficie, cuánto se mueven cada día?
- ¿Es posible, como hizo Galileo, deducir que el Sol gira estudiando el comportamiento de las manchas?
- ¿Si gira cuánto tarda en dar una vuelta sobre su eje?
- ¿Una mancha que desaparece por un lado aparece por el otro?
- ¿Giran todas las manchas a la misma velocidad?
- ¿Qué ángulo tiene el eje de Sol respecto del horizonte?
- ¿Es igual la imagen que da un telescopio que la que dan unos prismáticos?
- ¿La imagen proyectada utilizando prismáticos, se invierte de alguna manera?
- etc.
Para terminar
No parece haber relación entre la pluviosidad de un lugar y las manchas solares. Aquí continúa sin llover a pesar de que el ciclo de manchas (el nº 25) va camino de su máximo. En cambio se ha dado un salto y se ha pasado de la meteorología normal, con las que las manchas no parecen tener relación, a una especie de meteorología del espacio o tiempo espacial. Éste último tiene su importancia porque en determinados momentos, cuando se produce la llegada abrupta de radiación y partículas procedentes del Sol, las comunicaciones, los sistemas de posicionamiento global, las redes de transporte de electricidad entre otros pueden verse afectados, a veces gravemente.
De todas formas la cantidad de energía que llega a la Tierra con o sin manchas solares es prácticamente la misma, de hecho se llama constante solar. Nosotros, aficionados también a la astronomía, podemos disfrutar, como hizo Galileo con nuestro lápiz y nuestras cuartillas, sin necesidad de gastar miles de millones de euros. Nos bastará un buen sombrero.
Referencias
- Macau Vilar, F. 1956 en Revista de Obras Públicas. http://historico.revistadeobraspublicas.com/ En este trabajo Macau también relaciona los inviernos lluviosos con el ciclo solar de 11 años.
- 2. Breve descripción de las series de precipitación del Observatorio de Izaña – Agencia Estatal de Meteorología – AEMET. Gobierno de España
- ¿Qué son las manchas y las fulguraciones solares?
- Solar Physics and Space Weather
- El ciclo solar 25 ya está aquí – NASA Ciencia
- Space Weather Prediction Center
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