La Botija es otro de los pequeños volcanes que salpican el sector oeste del Parque Nacional del Teide. Su apariencia, más bien plana y en forma de gran duna, a penas destaca en el paisaje rodeado de los grandes colosos del complejo Pico Viejo y Teide, pero es justo detrás de la Montaña de La Botija donde se esconde una de las vistas volcánicas más salvajes de toda la isla de Tenerife.
En la cima de Montaña Samara
Montaña Samara es un pequeño volcán que se ubica en una de las zonas más salvajes de la isla de Tenerife. Subimos a su cima situada a 1.937 metros sobre el nivel del mar para disfrutar de las vistas panorámicas que nos ofrece esta pequeña elevación sobre el paisaje volcánico.
Pico de las Nieves
Subimos al Pico de las Nieves, a pocos metros del techo de Gran Canaria, el Morro de la Agujereada, con el objetivo de hacer una de las fotografías más icónicas de Gran Canaria. Una instantánea que combina en una misma escena el Roque Nublo, el Teide y la ventana de La Gañifa.
Morro de la Agujereada, la cima de Gran Canaria
Históricamente se ha tomado al Pico de las Nieves (1.949 metros de altitud sobre el nivel del mar) como el punto más alto de Gran Canaria, hasta que mediciones más recientes han determinado que una elevación muy próxima, el Morro de la Agujereada, es la verdadera cima de la isla con 1.956 metros.
Las salinas de la Caleta de Interián
En el noroeste de la isla de Tenerife se encuentran las salinas de la Caleta de Interián. Restos de una explotación salinera muy singular que forma parte del acervo etnográfico de la localidad de Los Silos.
Diamond Beach: la playa de los icebergs que se desprenden del glaciar Vatnajökull
El Sureste de Islandia está ocupado por el enorme glaciar Vatnajökull y los rincones casi infinitos que guarda entre sus lenguas y las huellas de su paso por el paisaje, moldeado por el hielo en forma de grandes cañones, lagos y accidentes geográficos. Uno de estos accidentes de suerte se encuentra en la laguna de Jökulsárlón, un lago unido al mar por una pequeña boca que permite que los trozos de hielo desprendidos de la gran masa glaciar queden varados en la arena negra de la popular Playa de los Diamantes o Diamond Beach.