Hace unas semanas que hemos realizado la ruta “Teide 04” , un recorrido de 27 km que asciende hasta el pico del Teide desde la playa de El Socorro, en el norte de Tenerife. Te relatamos con todo detalle cómo nos hemos preparado para esta aventura.
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El objetivo
El objetivo como seguro ya sabes es, una vez más, subir al Teide. Pero en esta ocasión a través de una ruta singular. La que nos lleva a la cima desde el nivel del mar.
Te hemos relatado nuestra experiencia a lo largo del recorrido, en nuestra reciente entrada destinada a la «Teide 04», que es como se denomina esta ruta. Su recorrido de más de 27 kilómetros y sobre todo el importante desnivel acumulado a salvar, próximo a los 4.000 m, requiere un importante esfuerzo físico. Adicionalmente, las características del itinerario, desprovisto de lugares que faciliten el avituallamiento exige de una importante dosis de planificación.
Te contamos a continuación cómo ha sido nuestra preparación para esta microAventura, esperando que te sea de utilidad, tanto si piensas hacer tuyo el reto, como si tienes en mente otras rutas de exigencia similar.
Preparativos
Son cuatro las grandes preocupaciones que nos asaltan. La primera llevar la ruta bien planificada, identificando tramos, hitos, tiempos y posibles escapatorias en caso de que nos surga algún problema. La segunda la alimentación necesaria, pues en un recorrido que estimamos nos llevará entre 12 y 14 horas es importante asegurarnos bebida y nutrientes suficientes. En tercer lugar el contenido de la mochila, pues el peso es un factor determinante a la hora de afrontar un recorrido tan exigente, y sin embargo, las características del mismo invitan a llevar gran cantidad de material. Por último quizás lo más importante: la preparación física. Estamos habituados a caminar, a hacer algo de ejercicio esporádicamente, pero no somos deportistas habituales, y necesitamos ponernos en buena forma física si queremos culminar con éxito esta aventura.
Todo ello nos lleva a comenzar los preparativos con más de tres meses de antelación.
Planificación de la ruta
El primer paso en la planificación es elegir el día que vamos a subir. El recorrido tiene como colofón el Pico de Teide, un lugar cuyo acceso, como seguro bien sabes, está restringido a unas pocas personas al día. Es por ello que la disponibilidad de plazas para subir al pico es un factor determinante. Puedes consultar y reservar tu plaza en este enlace. Te en cuenta que es una actividad muy demandada y suele estar reservada a dos meses vista. Se trata del acceso al sendero “Telesforo Bravo”, los últimos 700m de recorrido, a los que se llega desde la estación superior del teleférico, por lo que es un lugar hasta cierto punto bastante concurrido.
Nosotros elegimos la última franja horaria disponible en aquel momento, la que va de 15:00 a 17:00. La razón no es otra que reservamos la posibilidad de bajar en teleférico caso de llegar a la cima muy justos de fuerzas. Debes saber que es posible comprar el billete de bajada online desde la propia estación del teleférico, pues hay acceso a internet a través de la red wifi de la instalación, y los guardas te facilitan el trámite.
Una vez decidido el día y reservado el permiso tan solo nos resta prepara la ruta. Se trata de un recorrido largo, por lo que lo habitual es trocearlo en tramos, identificando paradas clave que nos fuercen a descansar e hidratarnos y que, a modo de pequeños hitos nos motiven a continuar. Esto es importante pues, como seguro ya habrás intuido, los 27 kilómetros de recorrido transcurren en constante subida, y apenas hay algunas zonas en las que se recorre un tramo llano.
El desglose natural de la ruta es el que te mostramos a continuación:
- Playa del Socorro – Mirador de La Corona
- Mirador de La Corona – Piedra de los Pastores
- Piedra de los Pastores – La Fortaleza, cruz de Fregel
- Cruz de Fregel – La Rambleta
- La Rambleta – Refugio de Altavista
- Refugio de Altavista – Sendero Telesforo Bravo
- Sendero Telesforo Bravo – Pico del Teide
Tenemos la suerte de conocer ya parte del trayecto, no en vano hemos recorrido en varias ocasiones la zona de la Fortaleza, el tramo que lleva desde allí hasta el Portillo y hasta Montaña Blanca, el sendero de La Rambleta y el propio sendero Telesforo Bravo de ascenso al Pico. Esto nos permite valorar parcialmente los esfuerzos necesarios, pero desconocemos todo el trayecto que va desde la playa hasta la Fortaleza.
La ruta acaba en el Pico, pero luego hay que regresar. Como te decíamos nuestra intención no es volver a la playa de El Socorro. El plan inicial consiste en descender a pie hasta el aparcamiento de Montaña Blanca, donde tendremos un vehículo esperándonos para dar por terminada la experiencia. Caso de no ser posible bajaríamos en el último teleférico, tal y como hemos previsto.
Como te contaremos más adelante, planificamos una parada de avituallamiento en el cruce de Montaña Blanca, donde parte del equipo nos aprovisionara de agua y comida adicionales, reduciendo así el peso de nuestras mochilas.
En total prevemos un trayecto de ascenso de unas 12 horas de duración, por lo que, de cara a estar a las 15:00 de la tarde a las puertas del sendero que da acceso al Pico programamos nuestra partida para las 3.00 am.
Agua y alimentación
Desde el principio nuestra primera preocupación fue el agua. En teoría existe un único punto para abastecerse en todo el camino, la conocida como Fuente de Pedro, pero lo cierto es que, además de estar muy próximo al inicio del recorrido, desconocemos su estado, por lo que nos vemos obligados a llevar agua para todo el recorrido. Lo mismo ocurre con la alimentación, pues no existe en todo el trayecto posibilidad alguna de abastecerse.
Tras sopesar la cantidad de agua y comida a llevar, y sabiendo que el peso a cargar es un factor muy importante, decidimos programar una parada de avituallamiento en el primero punto posible, ya casi al final del recorrido. El cruce de Montaña Blanca.
En cuanto a la alimentación, un esfuerzo de este tipo requiere ir reponiendo energías de forma continuada, para garantizar que completamos la hazaña sin sufrir las tan temidas “pájaras”. Es por ello que necesitamos, hidratos, proteínas y sales minerales.
De este modo redujimos la cantidad de agua y comida a cargar a lo siguiente:
- 1 camelback de 2 litros de agua
- 2 litros de agua adicionales
- 6 barritas energéticas
- 4 geles energéticos
- pastillas de electrolitos
- 1 pella de gofio
- 1 sandwich
Nuestra planificación desde el punto de vista de la alimentación no abarcó solo el día del esfuerzo, sino que tuvimos en cuenta las necesidades en materia de nutrición antes y después. Sin ser en absoluto expertos en este tema, nuestro estudio previo nos llevó a plantearnos seguir las siguientes indicaciones:
- 1.- Antes de salir: 2 o 3 horas antes de salir hicimos una última comida para prepararnos. Esta debe contener hidratos y proteínas, por lo que una buena opción puede ser combinar pan o cereales con mermelada (hidratos) y leche, yogur, jamón atún o pavo (proteínas). Puedes tomas igualmente alguna pieza de fruta, evitando eso sí los zumos.
- 2.- Durante la travesía: Durante el esfuerzo necesitamos reponer regularmente hidratos de carbono, proteínas, sales minerales y agua. En general conviene comer un poco cada 60 minutos, incluso sin hambre, ya sea comida tradicional, barritas o geles energéticos. Nosotros llevamos un sandwich, barritas y geles. Estos últimos son de reducido tamaño y gran aporte calórico/protéico. Adicionalmente hay que obligarse a beber un poco de agua cada 30 o 45 minutos. Por último es importante reponer electrolitos aportando sales minerales al organismo. Esto podemos hacerlo mediante bebidas isotonicas o con pastillas de sales. El aporte dependerá del suplemento utilizado. En nuestro caso empleamos pastillas por ser más ligeras de cargar, tomando apenas dos de ellas a lo largo de todo el recorrido. El aporte de sales es importante para evitar calambres.
- 3.- Tras la travesía: Una vez terminado el ejercicio conviene hidratarse en abundancia. Pasadas unas 2 horas, toca reponer energías con hidratos de absorción lenta, con un buen plato de pasta, arroz o papas.
Adicionalmente, durante la semana previa a la subida, hicimos un esfuerzo por beber agua abundante cada día, pues es un modo natural de llegar con un pequeño extra de hidratación al momento del esfuerzo.
El contenido de la mochila
Además de la comida, la preparación del contenido de la mochila supuso otro importante reto, pues resultaba difícil balancear el compromiso entre el peso y lo que uno desea llevar “por precaución”.
Nuestro principal problema es que, como te relatábamos al inicio, desconocíamos gran parte del recorrido, lo que nos llevaba a ir “sobre-preparados” por lo que pudiera acontecer. Ropa de abrigo y útiles necesarios para sobrellevar una eventual emergencia coparon gran parte del espacio en nuestras mochilas.
Finalmente, tras muchas revisiones el contenido completo de nuestra mochila fue el siguiente:
- 6 barritas energéticas
- 4 geles energéticos
- 1 pella de gofio
- 2 botellas de 1 L de agua cada una
- 1 camelbak de 2 L de agua
- linterna frontal
- brújula
- mapa escala 1:25000
- crema solar
- protector labial
- botiquín
- navaja
- cables, teléfono móvil y batería de repuesto
- Cámara de video
- navaja
- gafas de sol
- Gorro
- Gorra
- braga de cuello
- guantes
- crampones
- polar
- abrigo de plumas
- chubasquero
Y el peso final de la mochila fue de 9 Kg.
Preparación física
En nuestro caso la preparación física previa ha sido clave. De no haber planificado la ruta con tiempo no habríamos llegado en un estado de forma suficiente para llevarla a cabo. No estamos hablando de que tengas que ser un superatleta, pero una ruta en la que has de ser capaz de aguantar esfuerzo continuado durante mucho tiempo cargado con un peso importante requiere de cierta preparación previa. Sin ser especialistas en entrenamientos y preparación de pruebas deportivas, nos limitamos a hacer ejercicio de forma regular 3 o 4 veces por semana, combinando gimnasio con alguna sesión de carrera ligera. Adicionalmente hicimos algún recorrido de cierta distancia y algún otro que implicase salvar cierto desnivel, para ir valorando como nos encontrábamos.
Aquí solo te podemos decir que cada uno conoce su cuerpo y sabe dónde están sus límites, y que es importante probarse con antelación para valorar convenientemente si se está preparado o no para afrontar con garantías de éxito un reto de este tipo.
En camino
Con todo preparado tan solo nos quedaba aguardar a la llegada del día señalado, y esperar a que la meteorología nos acompañase, como así ocurrió. Si aún no lo has hecho no dejes de leer cómo nos fue en esta fabulosa experiencia.
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