Entre todas las obras de la naturaleza que puedes descubrir en Islandia, el glaciar Vatnajökull es, junto a la aurora boreal, la más impresionante. Tanto en invierno como en verano, el enorme glaciar ofrece diferentes, caras, formas y colores en un paisaje cambiante a lo largo de toda su extensión.
- Dónde: Islandia.
- Duración: Desde varios días hasta una semana.
- Dificultad: Fácil, la mayoría de lugares son accesibles en coche y haremos algunos trekking sin complicación.
- Imprescindible: Calzado de montaña y chubasquero, incluso en verano. Ropa térmica, abrigo y crampones en invierno. Descargar artículo en PDF
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El área del glaciar Vatnajökull es de 8.100 kilómetros cuadrados y cubre más del 8% de la superficie total de Islandia y un espesor promedio de 400 metros de altura vertical (llegando a espesores máximos de 1.000 metros). Nos encontramos ante el mayor glaciar de Europa en volumen (unos 3.000 kilómetros cúbicos) y el segundo en área, solo superado por el glaciar Austfonna, en la isla deshabitada de Nordaustlandet del archipiélago de Svalbard (Noruega), con 8.120 kilómetros cuadrados de superficie (fuente: Wikipedia).
En ruta hacia el glaciar Vatnajökull
El glaciar Vatnajökull se encuentra en el sureste de Islandia y llegaremos hasta allí sin pérdida. Desde Reikiavik o Keflavik tomaremos la carretera principal del país (la A1 o ring road) hacia el este, siguiendo las señales en dirección a la localidad de Höfn.
Esta es la ruta habitual para recorrer la costa sur de Islandia de oeste a este. Hasta llegar a la primera parada del glaciar (porque tiene varias) pasaremos por otros objetivos de nuestra visita a Islandia. Durante el trayecto pararemos en las cascadas de Seljalandsfoss y Skógafoss, las playas de Reynisdrangar y Reynisfjara o el pueblo de Vík í Mýrdal, donde es más que recomendable comprobar los niveles de gasolina, hambre y cafeína. Incluso conviene planificar una pernocta de una noche en esta población, tanto para la ida como para la vuelta, teniendo en cuenta que este recorrido en coche es largo, de aproximadamente 400 kilómetros.
Sin necesitar más indicaciones, la ruta hacia el glaciar Vatnajökull no tiene mayor complicación que la de seguir por la carretera. Sin ningún tipo de aviso, el majestuoso glaciar aparece ante nuestra vista.
Qué hacer en el glaciar Vatnajökull
El glaciar Vatnajökull está protegido por el parque nacional que lleva su mismo nombre. El Parque Nacional de Vatnajökull es tan grande que comprende dos antiguos parques nacionales en su interior: Skaftafell y Jökulsárgljúfur, que reúnen los principales puntos de interés de un viaje a Islandia más que completo.
A lo largo de la gran extensión del glaciar navegaremos con una empresa local para aproximarnos a los icebergs y a la gran pared de hielo, así como caminaremos por los bellos lagos de Fjallsárlón y Jökulsárlón, este último con salida al mar a través de su famosa playa de los diamantes, donde los desprendimientos de grandes fragmentos del glaciar son arrastrados por la corriente del lago hasta la costa y la arena negra se llena de trozos de hielo en la conocida playa de los diamantes.
Además disfrutaremos de un pequeño trekking para llegar hasta la cascada de Svartifoss entre paredes de basalto y haremos una pequeña inmersión por nuestra cuenta en otro trekking hacia una localización secreta, que tal vez un día contemos, bordeando el glaciar para llegar hasta uno de los rincones más salvajes de Islandia, alejados de los clásicos puntos de interés turístico.
Por supuesto, todas las microaventuras vividas en el glaciar Vatnajökull requieren un espacio de varios días, así como diferentes viajes en invierno y en verano, puesto que el acceso a muchos de estos lugares durante la estación fría está limitado por la meteorología.
Sin embargo, entre todo lo que ofrece la naturaleza del glaciar Vatnajökull, no podrás dejar de hacer algo tan sencillo como contemplarlo. Buscando un rincón alejado para conseguir algo de soledad, sobrecoge observar los enormes picos de hielo que dominan el paisaje en silencio. Al mismo tiempo hipnotiza su compañía constante a lo largo los numerosos trayectos en carretera que nos llevan hasta los diferentes lugares que visitamos en torno al glaciar.
Los glaciares, una obra de ingeniería de la naturaleza en serio peligro de extinción
Los glaciares son enormes masas de nieve comprimida convertida en hielo, que llevan formándose desde la propia edad de hielo. Constituyen el último testigo visible que podemos observar de esta etapa y cumplen un papel muy importante para la biodiversidad, ya que intervienen directamente en los ciclos del agua y del clima.
En la actualidad, los glaciares ocupan el 10% de la superficie de la Tierra y acumulan el 75% del agua dulce de todo el planeta, además de contribuir a equilibrar la temperatura global gracias a las corrientes de aire y agua.
Durante la estación cálida, el deshielo genera un desplazamiento de aguas que se incorpora a los cursos de agua dulce de la Tierra y a las corrientes marinas superficiales, mientras que durante el invierno las bajas temperaturas y las precipitaciones hacen que este hielo se reponga e incluso se expanda para volver a suministrar agua dulce y enfriar el océano en el verano siguiente. Pero este sencillo equilibro se está rompiendo, puesto que los glaciares están retrocediendo a una velocidad mayor de la que pueden recuperarse.
El glaciar Vatnajökull ha experimentado un continuo retroceso, debido al calentamiento global, de casi 500 kilómetros cuadrados en los últimos 65 años, pasando de ocupar una superficie de 8.538 kilómetros cuadrados en el año 1958 (fuente: Wikipedia) a los actuales 8.100 kilómetros cuadrados.
Y es que los glaciares, pese a su apariencia sólida y colosal, son igualmente frágiles. Prueba de ello es la muerte del glaciar Okjökull (Islandia) en el año 2014 como consecuencia del cambio climático, lo que supone una advertencia real del fatal destino de estas enormes e importantes masas de hielo, vitales para el planeta.
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