Cuando hace unos días escribíamos sobre nuestra visita al Barranco del Infierno lo primero que se nos vino a la cabeza fue indagar acerca del llamativo nombre con el que alguien bautizó este sitio tan espectacular de la isla de Tenerife.
- Descargar artículo en PDF
(Exclusivo para suscriptores)

Los especialistas en toponimia afirman que es común aplicar un mismo nombre o calificativo a aquellos lugares que por algún motivo comparten ciertas características:
…la denominación del Infierno es muy común para todo aquel lugar que sea hondo, oscuro, profundo y peligroso, o que produzca una impresión de miedo o de temor…
Hay muchos infiernos. Uno de ellos es el infierno de las religiones, en particular el de la cristiana. Lo temíamos de niños y mucho nos hacía sufrir. Un lugar oscuro, angosto y profundo donde las almas de los condenados permanecerían ardiendo por toda la eternidad. Otro de los infiernos, sin duda el más relevante para nuestra cultura, es el “Inferno” creado por el poeta florentino Dante Alighieri en su obra “Comedia” conocida desde hace siglos como “Divina Comedia”.

La leímos hace unos años. Esta obra extraordinaria del genio humano nos causó una impresión inolvidable. Al intentar explicar el nombre dado a nuestro barranco no podíamos menos que relacionarlo con la obra de Dante. ¿Sería posible tan aventurada relación? ¿Podría pensarse que, por algún motivo, alguien bautizase este sitio con el mismo nombre que el de aquel temido lugar imaginado por Dante en 1308?


Para nuestra sorpresa la relación entre el mundo dantesco y las Islas Canarias fue abordada por el ilustre historiador rumano Alejandro Cioranescu, (Dante y las Canarias, 1954), trabajo que lamentablemente no hemos podido consultar.
¿No es acaso posible extender esta relación a Tenerife que tuvo como primer nombre el de Isla del Infierno? Así aparece nombrada en varios mapas o portulanos del siglo XIV, y también en mapas de siglos posteriores aunque compartiéndolo en algunos casos con el de Tenerife.

Ugolino y Vadino Vivaldi. Un viaje sin retorno.
Dos hermanos genoveses Ugolino y Vadino Vivaldi emprenden, en 1291, un viaje más allá del estrecho de Gibraltar, pretendiendo circunnavegar África para llegar a las Indias. De ese mismo año existen documentos sobre transacciones de galeras cuyos nombres eran San Antonio y Allegranza. Este segundo nombre se asoció de inmediato con el de la pequeña isla canaria, haciendo entonces conjeturas de la posible estancia de los Vivaldi en Canarias. La expedición acabó en fracaso y de ella nunca más se supo a pesar de que un hijo de Ugolino llamado Sorleonis intentó años más tarde una expedición de búsqueda de los expedicionarios desaparecidos.
La Comedia, Inferno, canto XXVI. El último viaje de Ulises.
La fracasada expedición de los hermanos Vivaldi, o incluso la de Sorleonis, hijo de Ugolino, pudo inspirar a Dante para componer, en parte, el Canto XXVI de la Comedia. Nada tiene de extraño, pues según los historiadores tal suceso produjo gran impresión en su época y él debió conocerlo ya que en 1306 permaneció un tiempo en Génova.
En este canto, Dante y su inseparable guía Virgilio, recorren la octava bolsa del octavo círculo del Infierno donde sufren las almas de los malos consejeros, almas que se manifiestan tomando la forma de llamas. Una de estas llamas, es doble (tal vez para simbolizar que eran hermanos los desaparecidos) y envuelve las almas del héroe griego Ulises y de Diomedes, su amigo de aventuras. Pagan por el engaño del caballo de Troya y la consecuente guerra. En un determinado momento, a petición de Virgilio, Ulises toma la palabra y les cuenta su última y definitiva aventura diciendo:
…me aventuré por alta mar llevando una nave tan solo y unos pocos compañeros que no me abandonaron.
De una costa a otra, fui hasta España y Marruecos, y la isla de los sardos (Cerdeña) y las otras (I. Baleares) que el mar rodea
…llegamos al estrecho en el que Hércules fijó los límites del mundo para que el hombre no los traspasara: a la derecha dejé Sevilla y al otro lado Ceuta había dejado.
…con la popa hacia el Oriente, los remos, como alas nos llevaron en loco vuelo siempre hacia la izquierda.
…cinco veces se encendió y otras cinco se apagó el resplandor de la luna desde el inicio de nuestro viaje, cuando en la penumbra vimos a lo lejos una montaña oscura que me parecía la más alta que había visto nunca.
..de aquella tierra se alzó un torbellino que golpeó la nave… y hundió la proa como estaba escrito, cerrando el mar sobre nosotros.
Para Dante, Ulises no regresó a Ítaca, como se narra en la Odisea, sino que desapareció en aguas atlánticas cuando, víctima de su inagotable curiosidad, aspiraba a conocer el mundo no habitado que esperaba tras el sol.
¿No parece que Dante, más allá de las imprecisiones náuticas y geográficas que impone la poesía, describe un imaginario viaje de Ulises y sus compañeros a nuestras islas Canarias? Y como, a la vista de una enorme montaña, la más alta conocida, tres veces más elevada que el peligroso Vesubio, se alzó un torbellino de tierra, que arrastró su nave hasta el fondo, metáfora fría, tal vez, de una nube ardiente de piroclastos, propia de las más peligrosas erupciones.

Dante en la Cartografía
La relación del mundo de Dante y las islas Canarias parece reforzada por la cartografía. Cuando buscábamos en mapas antiguos el nombre de Infierno, referido a nuestro barranco, nos encontramos con sorpresa que el nombre de Dante aparece, al menos dos veces, localizado en la zona del barranco del Infierno, cerca de Adeje en la, también llamada, Isle Denfer.

A nuestro entender esta relación del nombre de Dante con el de Infierno y su localización próxima al barranco, solo puede ser consecuencia de la influencia que en siglos pasados tuvo la Divina Comedia para la cultura occidental.
En este relato que vamos haciendo, se nos antoja que nuestra isla del Infierno, no lo es tanto porque la isla se parezca o recuerde en algo al Infierno sino, más bien porque por ella se sale de él y esa salida está justo en el referido barranco.
Es obvio que ni el Teide entraba en erupción cada vez que alguien pasaba por aquí, ni parece probable que los guanches contasen en su mitología con algún lugar semejante a nuestro infierno.
Sin embargo, la silueta de la isla, recortada sobre el mar, se parece más a la imagen del Purgatorio, un altísimo monte, el más alto de la tierra que se alza en una isla. Téngase en cuenta que el Teide se consideró durante mucho tiempo la montaña más alta del mundo. Ese altísimo monte tiene la forma de un cono, truncado en su cima, con siete cornisas para purgar los siete pecados capitales, y acaba en lo más alto en el Paraíso Terrenal. Además, en la elaborada arquitectura de la Comedia, el Infierno acaba comunicando con el Purgatorio.

Conviene decir que la sensación que se tiene cuando uno se adentra en el barranco, no es tan terrorífica como parece sugerir su nombre, aunque la zona es orográficamente espectacular con roques muy altos y de formas dramáticamente caprichosas. La entrada al propio barranco es imponente y va ganando fuerza a medida que se camina hacia el interior. El cauce muy abierto al principio se va estrechando poco a poco y a la vez las montañas que lo limitan se elevan rápidamente. Sientes un vago temor que finalmente se vuelve desconcierto cuando se llega al final del recorrido que es un altísimo, vertical e impenetrable muro de rocas oscuras, oculto en parte por el brillo de una pequeña cascada. Sin embargo cuando abandonamos el lugar, se siente alivio y se aligeran sin darnos cuenta nuestros pasos siguiendo el sonido del agua que, entre los juncos, desciende por el cauce. La alegría es la recompensa.
Geografía
Real o imaginaria. Quién sabe. La explicación que damos a nuestros topónimos nos parece coherente. Por si acaso, está bien recordar que el Infierno tiene solo una puerta, con la célebre inscripción y claramente no está en Tenerife sino al otro lado del mundo. En todo caso lo que está aquí, en esta Isla del Infierno es la salida, que es un simple y estrecho agujero como tantos que hay en la isla, aunque, particularmente, preferimos pensar que bien pudiera ser una delgada grieta, nunca vista, que se oculta tras la cascada.
“Mi guía y yo tomamos el camino escondido
para volver al mundo claro;
y sin pensar siquiera en descansar
subimos, él primero y yo después
para admirar por fín las cosas bellas del cielo.
Y por allí salimos a contemplar de nuevo las estrellas.”

Notas y referencias
- Sobre Tenerife en el Diccionario de Toponimia de Canarias
- Martínez, Marcos. 2001 Boccaccio y su entorno en relación con las Islas Canarias. | Cuadernos de Filología Italiana Imprescindible. Aquí puede leerse esta cita (fragmento) de Alejandro Cioranescu. Dante y las islas Canarias, de 1954.
“Las Canarias fueron para él [para Dante] ese paisaje medio real, medio
de ensueño, que necesitaba y que le indicaba la inquietud geográfica de su
tiempo. El hecho de que los marinos genoveses no hayan llegado hasta
ellas adquiere así su máximo valor simbólico. Y es instructivo observar
que la identificación de las Canarias con el Purgatorio ha sido hecha
posible, en el espíritu del poeta, únicamente porque Ugolino Vivaldi no
había vuelto de su expedición. De haber vuelto, las Canarias se hubieran
vuelto tierras conocidas sin misterio y sin leyenda…”
- Quertapelle, Alberto. 2018
- Tous Meliá, Juan.2014. Las Islas Canarias a través de la Cartografía.
- Una valiosa selección de Mapas levantados entre 1507 y 1898.
- Una película de 1911 sobre el Infierno de Dante subtitulada en español.
- Tres conferencias de José María Micó (traductor de la edición de Acantilado. 2018) sobre Dante y la Comedia.
Nota final
Obviamente, no hacemos aquí, ni Geografía ni Historia, ni Ciencia en general. Respetamos los oficios de los demás. Estas disciplinas tienen sus procedimientos y reglas que se expresan a través de publicaciones autorizadas, algunas citadas más arriba, a las que remitimos a los lectores interesados.
Fotografías. Antonio Santos
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.