La cascada de Seljalandsfoss es la primera parada en la ruta habitual hacia el este de Islandia. Se trata de una espectacular caída de agua de 60 metros que podemos atravesar por su interior, aprovechando la cavidad del acantilado del que se desprende.
- Dónde: Islandia.
- Duración: 1 hora.
- Dificultad: Muy fácil.
- Imprescindible: Ropa impermeable (pantalón y chubasquero) y calzado adecuado para evitar deslizamientos. Descargar artículo en PDF
(Exclusivo para suscriptores)
El lugar en el que nos encontramos, muy próximo a la ventosa costa sur de Islandia, está envuelto por un clima inhóspito durante casi todo el año, pero rodeado por un paisaje infinito de contrastes entre los diferentes colores de la naturaleza, los recuerdos de la geología reciente entre las llanuras y la presencia de las remotas Islas Vestman en el horizonte.
Entre toda esta diversidad irrumpe Seljalandsfoss, un imponente salto de agua del río Seljalandsá, cuyo cauce marca la frontera natural de las conocidas como tierras altas o highlands de Islandia. Su fuente de origen se encuentra en el glaciar Eyjafjallajökull, que también alberga al volcán de mismo nombre, popularizado por la erupción del año 2010 que obligó a cerrar el tráfico aéreo europeo.
El atractivo principal de Seljalandsfoss (aunque tiene muchos más) es que podemos pasar a pie por detrás de la cascada. A través de una pequeña desviación del sendero principal, pasaremos por un tramo de escaleras que conducen a una vereda, estrecha y algo resbaladiza pero segura, que nos adentra en la gran cueva interior del acantilado. Aquí nos encontraremos justo detrás de la cascada, a escasos centímetros y bajo un ruido ensordecedor para contemplar con asombro la hipnotizante fuerza del agua.
Desde este punto podemos ver el exterior a través de la propia cascada, lo que en días soleados y durante los atardeceres hace que los colores del lugar destaquen todavía más.
Eso sí, tras salir por el otro extremo estaremos completamente empapados (de aquí la recomendación de utilizar ropa impermeable).
Una nota importante de este lugar es que la congelación del sendero interior durante el invierno impide el paso por detrás de la cascada. Algo que además de estar prohibido por una señalización bien visible te recomendamos encarecidamente que no intentes en condiciones de hielo.
Seljalandsfoss, un paisaje de documental
La caída de agua de la cascada de Seljalandsfoss tiene una forma muy característica de columna de agua que se derrama por la brusca pared de roca del acantilado, en medio de un paisaje que cambia por completo según la estación, pasando del verde del verano y al blanco del gélido invierno.
Aquí las posibilidades fotográficas son infinitas y los detalles aparecen en cada paso del camino. En verano, el contraste de colores y la visión panorámica, tanto desde el frente como desde el interior de la cascada, son el principal interés del lugar. Pero sea cuando sea, tanto en verano como en invierno, no podemos obviar la belleza de los elementos que nos rodean. El contraste entre los colores propios de cada estación, los detalles del agua y el hielo en las paredes de roca, o incluso un simple paseo por los alrededores disfrutando de este paisaje propio de un documental convierten nuestro paso por el lugar en una experiencia inolvidable.
Es muy recomendable recorrer el sendero principal hasta el final. Además del disfrutar del camino, tras un corto paseo llegaremos a una nueva cascada secreta y no menos sorprendente: Gljufrafoss, donde también nos espera una pequeña aventura.
Cómo llegar a la cascada de Seljalandsfoss
La cascada de Seljalandsfoss es muy popular y fotografiada por los viajeros, ya que es uno de los reclamos principales de la isla por su cercanía y facilidad para llegar en la que será la primera microaventura de iniciación en casi cualquier viaje a Islandia. Desde Reikiavik o Keflavik, simplemente debemos tomar la carretera principal A1 (o ring road) hacia el este, en dirección a Vik, hasta encontrarnos con la señal que indica el desvío hacia Seljalandsfoss después de algo más de una hora de trayecto. El lugar cuenta con una zona de aparcamiento, servicios y una pequeña cafetería, todo a escasos metros de la cascada.
Más microaventuras en Islandia
En Islandia, cada paso que das se convierte en una microaventura, incluso en aventuras con todo su significado. En los alrededores de la cascada de Seljalandsfoss puedes visitar la cascada de Gljúfrafoss a pie, mientras que unos kilómetros más hacia el este, avanzando en nuestra ruta en coche, nos encontraremos con otra famosa cascada, la de Skógafoss, sumando paradas imprescindibles en nuestro trayecto alrededor de toda la isla.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.