Nos adentramos en el oeste de la isla de Gran Canaria descendiendo desde la cumbre hasta la costa a través de la pista de Tirma. Un singular trayecto que atraviesa el Parque Natural de Tamadaba.
- Dónde: Artenara
- Duración: Variable según te detengas por el camino. Unas dos horas (en coche) puede ser buena estimación.
- Dificultad: Baja.
- Imprescindible: Agua. No hay posibilidad de abastecerse. Descargar artículo en PDF
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Atravesando el Parque Natural de Tamadaba
El Parque Natural de Tamadaba, en el que se encuentra enclavada la finca de Tirma, es un espacio natural protegido de la isla de Gran Canaria. Se trata de uno de los más importantes de las islas en cuanto a su extensión, extendiéndose entre los municipios de Agaete, Artenara y la Aldea de San Nicolás.
Este paraje natural destaca fundamentalmente por su extenso pinar, que cubre gran parte de su superficie, y por lo abrupto y escarpado de sus barrancos. Un paisaje de verde y basalto que se precipita vertiginosamente al mar, a medida que nos acercamos a la costa.
Hemos estado aquí ya en el pasado visitando el Pico de la Bandera, que pasa por ser su punto más alto. En esta ocasión nos decidimos por algo diferente. Atravesar en coche el parque natural a través de la conocida como pista de Tirma, que atraviesa la finca del mismo nombre. Una carretera forestal que desciende desde Artenara hasta el Andén Verde.
El recorrido
El recorrido, de unos 18 km de longitud, parte de la casa forestal de Tirma, en Artenara y desciende lenta y sinuosamente hasta la costa.
Es esta una pista forestal, de tierra pero en bastante buen estado, por lo que no es necesario un vehículo 4×4 para transitar por ella.
El paseo transcurre en su mayor parte atravesando el bosque de pinos de Tamadaba, alguno de cuyos ejemplares son de impresionante porte.
Si bien el pinar es majestuoso apenas observamos fauna, más allá de algún que otro cernícalo. Estamos en cualquier caso en un día poco propicio para disfrutar con plenitud de la excursión. Hace bastante calor, el cielo está algo nublado y se aprecia ligera calima. Recorridos poco más de 3 kilómetros de un trayecto que se torna algo monótono llegamos a la presa del Vaquero. Todo un hito en el recorrido que nos anima a detenernos por un rato a estirar las piernas y pasear brevemente por los alrededores.
El embalse, uno de los muchos que jalonan esta parte de la isla, tiene una sorprendente cantidad de agua, a pesar del escaso régimen de lluvias que hemos tenido los últimos años.
Continuamos el camino y tras unos dos km adicionales llegamos a un mirador, que nos ofrece, en días claros, una despejada panorámica de la vertiente oeste de la isla.
A partir de este punto atacamos un tramo que serpentea hasta llegar a la Casa de la Marquesa. Aquí el hito más relevante es un fabuloso arco de roca que descubrimos en lo alto de la montaña. Un inmenso agujero que bien podría ser protagonista del paisaje imposible de alguna película, y que nos tiene entretenidos un buen rato haciendo fotografías.
Hemos abarcado ya prácticamente 10 km de recorrido y nos detenemos aquí por un rato, animados por la invitación que nos hace, extendiendo sus brazos, la única persona que nos encontramos en todo el trayecto.
Se trata de un antiguo trabajador de la finca, que aún reside en ella, en una suerte de vivienda improvisada a pocos metros de donde nos encontramos.
Hablamos un buen rato con él. Nos relata sobre el pasado del lugar en el que estamos. Las construcciones, propiedad del Cabildo y a todas luce en deshuso, fueron en otro tiempo lugar de bullicio y festejos. Nos cuenta que, a pesar de estar en la Casa de la Marquesa, no hubo ninguna marquesa por aquí, y nos invita a pasar y admirar los espectaculares colores de las piedras que brotan de la tierra de este barranco. La conocida como piedra de Tirma.
Es sin duda lo más espectacular que hemos visto en el recorrido. Las piedras que se nos muestran parecen pintadas con vivos colores y sin embargo son producto natural. Una selección de los distintos tipos de roca que pueden encontrarse por los alrededores. Se trata del producto de fenómenos geológicos similares a los del afloramiento de los Azulejos de Veneguera.
Retomamos el camino afrontando ya los últimos kilometros. Un tramo que cruza pequeños barranquillos y que nos regala sutiles afloramientos de verde roca aquí y allá. Manchas de vivo color que destacan sobremanera sobre el marrón grisáceo del basalto.
Los últimos metros desembocan en la antigua carretera de la Aldea, hoy cerrada al tráfico en el punto conocido como el Andén Verde. Es este último un lugar que vale la pena visitar, por lo espectacular de sus vistas, y que además es punto de partida de otras rutas, como la que nos lleva a la única playa de Artenara, la Playa de la Virgen.
Permisos y accesos a la pista
Si bien el acceso a la pista de Tirma a pie o en bicicleta está permitido sin necesidad de solicitar permiso, para acceder en coche es necesario contactar con el Cabildo de Gran Canaria.
El tramite no tiene mayor complicación, salvo que tendremos que acudir a las oficinas del Cabildo a retirar, y posteriormente devolver, las llaves de los candados que dan acceso a la pista. El acceso se realiza a través de la pista desde la carretera de Artenara GC-216 o desde la carretera de la Aldea GC-200, junto a la casa forestal.
Te dejamos indicado en el mapa el punto exacto de partida.
Sobre la finca de Tirma
La conocida como finca de Tirma fue comprada por el Cabildo de Gran Canaria en los años noventa. El propósito, según reza en su web, es “conservar y recuperar la masa forestal de la isla, fundamental para la recarga del acuífero y para las diferentes formas de vida animal y vegetal, que forman parte del patrimonio natural y son sustento cultural y emocional de la población grancanaria”.
Nosotros nos hemos empapado aquí por un rato de pinar, de naturaleza y de aire fresco. Se nos han quedado sin embargo algunos hitos interesantes que visitar: La Sabina de Tirma en las proximidades de la Casa de la Marquesa, o la propia montaña sagrada de Tirma, santuario aborigen de gran interés arqueológico, son alicientes más que suficientes para volver en otra ocasión. Lo haremos entonces a pie, garantizándonos así una visita más sosegada, sin las limitaciones que nos impone el transitar por la pista forestal, pues existen una gran cantidad de senderos que recorren esta zona.
Más microAventuras por los alrededores
En la vertiente oeste hay otros lugares que pueden ser de tu interés, como la playa de Guayedra, el Roque del Farallón o el mirador de El Balcón.
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