Hoy nos trasladamos a Tenerife, en busca de un lugar poco conocido. Un auténtico oasis a pocos minutos de la capital, el palmeral de El Cercado, en las proximidades del barrio marinero de San Andrés.
- Dónde: Santa Cruz de Tenerife
- Duración: Apenas 25 minutos en coche desde la capital de la isla
- Dificultad: Baja
- Imprescindible: Calzado adecuado y agua, en especial en meses de verano. Descargar artículo en PDF
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Un oasis a pocos minutos de la ciudad
Son las palmeras protagonistas indiscutibles del paisaje de nuestras islas. De La Graciosa a El Hierro, todo el archipiélago esconde rincones en que las palmas, como las llamamos aquí, lucen su siempre esbelta figura.
Hace poco te hablábamos de ellas. De ejemplares de todo tipo que puedes visitar en el Palmetum, jardín botánico que les ha dedicado la isla en la ciudad de Santa Cruz.
Hoy queremos disfrutar de nuestra palmera canaria en su hábitat natural, y lo hacemos trasladándonos a un espectacular palmeral. El que lleva por nombre palmeral de El Cercado o de San Andrés.
Es bastante probable que nunca hayas oído hablar de él. Incluso siendo oriundo de la isla, pues tenemos constancia de que no se trata de un lugar frecuentado. Es sin embargo a nuestro parecer un rincón incomparable. Un impresionante valle a las faldas de los montes de Anaga sobre el que reinan las palmas, irrigadas por el incesante fluir de un barranco que lleva agua todo el año.
La combinación perfecta entre orografía, orientación, clima y altitud ha favorecido que se desarrolle aquí en todo su esplendor el conocido como bosque termófilo, propio de las medianías insulares, y precursor de la laurisilva y el pinar, que lo reemplazan a mayores altitudes.
Grandes, pequeñas, dobles, en grupos, como si de un rebaño se tratase, solitarias, casi queriendo aislarse de sus hermanas. Las hay de todo tipo en una franja bien delimitada. Entre ellas múltiples bancales, otrora destinados al cultivo, dan fe de lo fértil que deben ser estas tierras. No en vano todavía se adivinan algunos terrenos en explotación.
Es en cualquier caso sabido que la agricultura es una actividad en declive. Creemos atisbar tímidos indicios de reconversión de la actividad en el entorno. Alguna de las pocas casas que se distribuyen por el valle apunta a estar renovada recientemente, quizás con propósitos de explotación turística.
Queremos pensar que no es realmente así, y que sencillamente la gente quiere volver a la naturaleza, salir de las ciudades. Despertarse sobresaltado por el ladrido de un perro o el canto de un gallo, y no por el estridente sonido de un despertador. Respirar aire, el de verdad. Sentir como el frío te cala los huesos cuando la bruma desciende al atardecer, tras caer el sol, desde las cumbres de Anaga.
Sea como fuere es para nosotros indiscutible que este valle de El Cercado, este barranco de San Andrés, es merecedor de una visita. El simple placer de admirar sus esbeltas palmas, salir de merienda con la familia, o iniciar un pateo que te lleve a las cumbres del norte son algunas de las razones que invitan a ello.
La conservación del entorno
No queremos dejar pasar la oportunidad de hacer una vez más un ejercicio de denuncia social. En nuestra visita descubrimos, no sin sorpresa, basura de diversa índole en las proximidades del barranco: flores, plumas de animales, restos de botellas e incluso copas de cristal evidencian que el lugar se ha empleado para llevar a cabo algún rito de santería.
Leemos posteriormente que es práctica frecuente, pues otros visitantes refieren casos similares.
Desde estas líneas no podemos más que denunciar este tipo de actividades que, no solo degradan y alteran el paisaje, sino que pueden ocasionar prejuicios mayores, quién sabe de que índole, al sacrificar animales cerca del agua que fluye.
Cómo llegar
Como en casi todas nuestra microAventuras llegar es la parte más sencilla. Basta con desplazarte al conocido barrio de San Andrés, saliendo de Santa Cruz por la carretera TF-11 en dirección a la playa de Las Teresitas.
Justo al llegar al casco debemos girar a la izquierda, para dirigirnos barranco arriba, dejando atrás la zona de institutos y adentrándonos en el Camino El Cercado. Recorridos apenas unos 4 kilómetros termina la carretera asfaltada. Es aquí donde podemos echarnos a andar barranco arriba, primero por una corta pista de tierra. Después ya por un camino.
Nosotros hicimos un corto paseo, ascendiendo hasta el punto en que desaparecen las palmas y el paisaje se vuelve más árido. En cualquier caso, si te apetecen retos más exigentes puedes organizarte para ascender hasta las cumbres de Anaga. Es esta una microAventura que nosotros mismos nos hemos reservado para otra ocasión.
Otras microAventuras en la zona
Todo el macizo de Anaga está lleno de posibilidades para microAventureros. Si estás por el lugar y tienes ganas de más tenemos varias propuestas para ti, entre ellas: El Pico del Inglés, Taborno o, si te apetece algo más “urbano”, por qué no una visita a El Búnker de San Andrés.
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