Sendero de nieve hacia la cascada de Svartifoss

Svartifoss es una de las cascadas más populares y fotografiadas de Islandia, también conocida como la cascada negra por la pared de columnas de basalto por la que se desprende, creando una escena totalmente inconfundible del lugar.

Estamos de suerte y nos encontramos con un día soleado nada común del invierno islandés, que nos da una tregua tras varios días de viaje azotados por fuertes tormentas de viento y nieve. Así que aprovecharemos para recorrer el sendero que nos lleva hasta la cascada de Svartifoss a través del antiguo Parque Nacional de Skaftafell, hoy integrado dentro del inmenso Parque Nacional de Vatnajökull.

Cómo llegar a Svartifoss

La cascada de Svartifoss se encuentra oculta entre los barrancos que rodean el glaciar Vatnajökull y conducen el agua de su deshielo hacia el mar. En primer lugar debemos conducir hasta el centro de visitantes de Skaftafell, punto de partida de numerosos senderos y actividades alrededor del glaciar, así como lugar de parada de muchos viajeros. El lugar cuenta con restaurantes, merenderos, alojamientos y una zona de acampada bien equipada para pasar el día o la noche que lo convierten en punto de interés muy frecuentado.

En ruta por el sendero de las cascadas

Desde el centro de visitantes de Skaftafell tomamos el sendero de nombre nativo Kvarnarkofalág, impronunciable para nosotros, pero bien señalizado con la denominación Svartifoss trail, del que hemos compartido nuestro propio track para descargar. La ruta también es conocida como el sendero de las cascadas, ya que durante el trayecto nos encontraremos con varios saltos de agua que nos invitan a realizar diferentes paradas fotográficas en las cascadas de Hundafoss y Magnúsarfoss antes de llegar a nuestro destino final.

El camino es muy sencillo. Apenas 200 metros de desnivel en menos de dos kilómetros que se hacen con ganas incluso en la nieve y a temperaturas muy bajas, lo que requiere tener en cuenta las precauciones propias del invierno nos invitará a suponer que será todavía más fácil en el verano. En esta temporada el paisaje es completamente blanco y buena parte de los saltos de agua de menor caudal se encuentran congelados, un fenómeno que tal vez le reste contraste al entorno pero no merma nuestro interés ni el placer de una gélida caminata (de las que en Tenerife también contamos algunas como Los erizados yelos del invierno) rodeados de naturaleza pura en una aventura que atraviesa puentes y barrancos copados de nieve hasta llegar a la maravilla que nos trajo hasta este lugar.

La impresionante cascada de Svartifoss

Tras unos 30 minutos de camino nos asomaremos al impresionante mirador que nos deja ver la cascada de Svartifoss por primera vez, oculta entre barrancos justo antes de iniciar el descenso hasta su base. Desde aquí podemos divisar la majestuosa caída de 20 metros, una altura algo menos perceptible por la gran cantidad de nieve acumulada que forma un curioso cono ante el paso imparable del agua.

Una vez abajo tenemos la suerte de poder situarnos a los pies de la cascada. La superficie congelada del río permite caminar sobre éste, siempre con mucho cuidado, sabiendo que la corriente que sigue su curso por debajo de nuestro suelo de hielo.

Más microaventuras en Islandia

La enorme cantidad de nieve depositada durante los días anteriores nos impide completar el sendero circular, por lo que regresaremos deshaciendo el mismo camino con la tarea pendiente de completar el Svartifoss trail en un próximo viaje a Islandia. Mientras tanto volvemos a la carretera para poner rumbo a nuestro siguiente destino en la isla: nos esperan el cercano glaciar Vatnajökull, la aurora boreal y más microaventuras en Islandia que seguiremos compartiendo.