En los Llanos de Ifara, en el sureste de la isla de Tenerife, se encuentra la Montaña de Ifara. Este pequeño promontorio es una loma de suaves formas y fácil ascenso que emerge teñida de rojo sobre un mar de lavas blancas.
- Duración: Subir y bajar la montaña puede llevarte alrededor de una hora.
- Dificultad: Baja.
- Imprescindible: Aunque el camino es relativamente fácil de seguir, descárgate la ruta para no perderte. Descargar el track Descargar artículo en PDF
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En busca de un tesoro
Nos adentramos en esta ocasión en los parajes áridos de la vertiente sur de la isla, donde la vegetación es apenas inexistente y el paisaje es dominado por los tonos ocres y marrones de antiguas coladas.
Esta parte de Tenerife fue en el pasado extensamente cultivada. Prueba de ello es la existencia de numerosos restos de bancales y acequias. En la actualidad la actividad humana en la zona ha dado un giro. Casi podría decirse que es ahora la producción de energía renovable la principal actividad. Tanto es así que nutrido número de aerogeneradores comparte paisaje con extensas plantas fotovoltaicas.
Venimos a los Llanos de Ifara motivados por la búsqueda de un tesoro, un conjunto de grabados aborígenes conocido como la Casa del Samarine. Es en el transcurso de esta búsqueda cuando, casi sin quererlo, nos vamos enamorando del entorno. Al inicio vemos sólo piedras y pistas agrícolas pero, a medida que pasa el tiempo, empezamos a atender a los detalles: espectaculares ejemplares de cardón, que parecen llevar siglos aquí, amplias extensiones de blanca lava, sinuosos barranquillos producto de la erosión…
Sobresalen sin embargo, al levantar la vista, dos rojas montañas, que parecen estar alineadas con la algo más lejana Montaña Roja. Se trata de la propia Montaña de Ifara y su vecina Montaña de los Riscos.
Es ciertamente sorprendente la gran cantidad de detalles que se revelan ante uno cuando se invierte en la tarea tiempo, pausa y serenidad.
El ascenso a Montaña de Ifara
En este estado de observación serena del entorno sentimos de algún modo la llamada de la montaña. La visión desde la lejanía de un sendero ascendente y la aparente poca altitud de la cima nos invita a intentar subirla. Provistos como íbamos de agua, protección solar y calzado adecuado, nos decidimos a ascender a la Montaña de Ifara.
La experiencia se revela muy agradable. Un corto paseo de apenas una hora de duración, en el que hay que salvar cierta pendiente, pero que no es para nada complejo. Como casi en cualquier promontorio, las vistas desde lo alto no decepcionan. Tenemos desde aquí visión de 360 grados sobre el valle. Hacia el mar las zonas de El Médano y la Tejita, separadas por Montaña Roja, y algo más al este la no tan apetecible vista del muelle de Granadilla y su próxima zona industrial.
Hacia el norte la zona alta de montaña, en la que se discierne con claridad como el pinar de la corona forestal da paso a la árida cumbre. Ya en lo más alto, entre las siluetas de los montes más elevados de la isla, asoma tímidamente el cráter del volcán Teide.
Descendemos la Montaña de Ifara reflexionando de nuevo sobre el modo en que una microAventura lleva a otra, y lo sencillo que resulta acumular nuevas y gratificantes experiencias en los lugares más inesperados.
La Casa del Samarine
Te relatábamos ya hace un rato que nuestro objetivo primigenio era visitar un enclave aborigen. Se trata de una estación de grabados rupestres descrita por algunos como la Casa del Samarine. Con muy poca información de partida, y tras una intensa búsqueda a lo largo de un entorno en el que cada montículo, camino y afloramiento rocoso es indistinguible del anterior, descubrimos al fin la Casa del Samarine.
Es esta estación de grabados una especie de tagoro, con su habitual forma circular, a lo largo de cuyas paredes se distribuyen diversos grabados de origen prehispánico. Se trata en su mayor parte de grabados con formas geométricas, principalmente lineales.
Destaca entre el resto un grafitti con forma de mano, quizás pie, en el que se identifican claramente algunos dedos. Este tipo de grabados es ciertamente infrecuente, al menos en la isla de Tenerife.
Algún que otro resto de cerámica encontrado aquí y allá nos certifica que en efecto estamos en “zona guanche”. Recorremos otras áreas próximas, en busca de más evidencias de actividad aborigen, encontrando apenas pequeños grabados aislados al borde de algún sendero.
Entre el silbido de los muchos cazadores que nos cruzamos, entrenando a sus podencos, y con el sol empezando ya a apretar, damos por terminada nuestra microAventura.
Cómo llegar
Llegar a la Montaña de Ifara es sencillo. Partiendo desde la capital debes tomar la TF-1 en dirección sur, y salir de la autovía por la salida 52, a la altura del polígono industrial de Granadilla.
Una vez abandonada la autovía, y justo antes de pasar por debajo de ella para acceder al polígono industrial, debes dejar el asfalto y tomar un acceso de tierra que encontrarás a mano derecha. Es fácil saltárselo así que deberías ir despacio y bien pendiente.
Una vez ahí, y dependiendo del coche que hayas llevado, podrás aparcar e iniciar la caminata o acercarte un poco más a la montaña a través de las pistas agrícolas de la zona.
Te dejamos en el mapa la localización de la Montaña de Ifara y la ruta de esta microAventura.
Montañas y mundo aborigen
Subimos montañas y, en ocasiones, vamos tras los pasos de los antiguos habitantes de las islas. Si te apetece conocer más, sumérgete en nuestras microAventuras relacionadas con el mundo aborigen.
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