Toda la geografía canaria está salpicada de lugares inesperados. Sitios que a primera vista carecen de interés, sorprenden cuando se les recorre con sosiego y se les observa con mirada curiosa. El Roque del Farallón es una de esas gratas sorpresas que se revelan ante el visitante de forma súbita, y cambian por completo su percepción del entorno.
- Dónde: Gáldar.
- Duración: Apenas 30 minutos en coche desde la capital.
- Dificultad: Baja. Descargar artículo en PDF
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Descripción
El Roque del Farallón, Farallón de Tábata o Roque Partido, es una imponente formación rocosa localizada en el noroeste de la isla, entre las localidades de Sardina del Norte (Gáldar) y Agaete.
A pocos metros de la orilla, al borde de un espectacular acantilado, este roque permanece oculto al visitante ocasional, pues no es visible desde las carreteras que atraviesan las cercanías.
Se trata de un imponente monolito de gran altura, que aparenta estar desgajado de la costa cercana. El mar que baña su base es todo un espectáculo en los días en que este bate con fuerza. El entorno permite disfrutar de fabulosos atardeceres, en los que el Sol se pone, según la época del año, entre la “cola de dragón”, el perfil de la costa oeste de Gran Canaria, y la silueta de la cercana isla de Tenerife.
Cómo llegar
El Roque del Farallón se encuentra en la costa oeste del municipio de Gáldar. Llegar te llevará unos 30 minutos desde la capital. Debes recorrer la GC-2 en dirección Agaete y tomar la salida que se encuentra justo en el km 29. Continuando siempre en dirección al mar, ahora por la GC-202, atravesarás una gran granja de aves y un parque eólico en un trayecto de unos 4 km, que te lleva a una zona de invernaderos.
La carretera entre invernaderos tiene dos tramos rectos, separados por una curva en forma de “s”. Pasada la curva debes ir atento para no saltarte la entrada, que se encuentra unos 300m aproximadamente. Hay que tomar una pista a la izquierda, que transita entre estos invernaderos, y que te lleva directo hacia el borde mismo del acantilado.
La pista termina en una explanada sin salida donde puedes dejar el coche. Una vez allí podrás recorrer el camino que bordea la costa en un agradable paseo a la orilla del mar. Debes tener precaución al acercarte al borde, pues la caída supera los 50 metros de altura.
El lugar está salpicado de pequeñas calas al pie del acantilado, frecuentadas por los lugareños, que acceden a ellas por mar.
A poca distancia en coche se encuentra el faro de Punta Sardina, que protege a navegantes de los peligros de este extremo de la isla de Gran Canaria.
Haciendo fotos
El Roque del Farallón es de por sí motivo para una fotografía. Tal y como te hemos comentado, su orientación, al oeste de la isla, lo hace propicio para instantáneas al atardecer. La presencia de la isla de Tenerife al otro lado del mar es también atractivo fotográfico del lugar.
Si eres aficionado a la astrofotografía te interesará saber que, en noches de verano, es posible sacar la vía láctea casi en vertical cayendo sobre el roque. Una instantánea nocturna que combina la espectacularidad del propio roque con fotografía de estrellas y el efecto de la larga exposición sobre el mar. Nosotros esperamos a que cayera la noche y nos trajimos algunas fotos nocturnas bajo la luz de la Luna.
Por último, el entorno del faro de Punta Sardina, al norte de la localidad costera del mismo nombre, es otro de los atractivos fotográficos del lugar.
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