Días limpios
Son muchos los días de buen tiempo en las Islas Canarias, pero hay algunos especiales y particularmente llamativos en los que la transparencia del aire es extraordinaria. Entonces las islas pueden mirarse entre ellas. Gran Canaria y Tenerife cara a cara. La Gomera está a un paso, -alguien en alguna ocasión llegó a ir nadando desde Tenerife-, la isla de El Hierro en el atardecer luce como un milagro tras la isla colombina. La Palma con su doble perfil característico muestra su notable altura; las islas más antiguas, Lanzarote y Fuerteventura parecen una sola, Jandía se avista claramente desde Gran Canaria, y así podríamos continuar con un sinfín de imágenes nuevas que apenas en un par de días desaparecen por la normal humedad y turbulencia de los vientos, el salitre de las costas, la calima o la contaminación.
- Dónde: Parque Nacional del Teide, Tenerife.
- Duración: 90 minutos en un trayecto de ida y vuelta (más el tiempo que decidas permanecer en cada parada)
- Dificultad: Media, a través de senderos bien señalizados que intercalan llanos y pendientes, pero teniendo cuidado con la altitud (más de 2.000 metros)
- Imprescindible: Ropa ligera y algo de abrigo en verano, buen abrigo en invierno. Calzado de montaña, gorra o sombrero siempre. Descargar artículo en PDF
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Son esos días en que no podemos esperar a organizar o planificar a dónde ir, sino que recibimos una especie de llamada de la naturaleza que nos arrastra sin control hacia ella. Necesitamos de pronto dejar atrás las incómodas ciudades y con una especie de automatismo ancestral echarnos a andar hacia las costas y los montes de las islas.
Hoy te contamos una de esas salidas imprevistas que por su facilidad hicimos a un sitio de muy fácil acceso y en el que ya habíamos estado, la Montaña de Samara y que describimos anteriormente en la entrada De la Corona Forestal a La Corona Estelar.
Montañas de Samara o de la Botija. Un camino que se bifurca
Estamos en Tenerife. Carretera TF 38, Km 8. Mirador de Samara. Partimos del apartadero o aparcamiento que encontramos a la izquierda cuando viajamos en dirección al Teide. Con decisión tomamos el sendero que nos lleva a una loma próxima, para girar hacia la izquierda y ascender hasta la montaña de Samara. Sin embargo, por el azar al que se presta un camino que se bifurca, decidimos cambiar el sentido de nuestra marcha y dirigirnos al lado contrario, hacia la Montaña de la Botija, muy próxima a la anterior. Así que un ligero paseo que iba a durar unos minutos se alargó de pronto a casi una hora.
El sendero nº 13
El sendero nº 13 es suave, sinuoso, de muy escasa pendiente, con un suelo de cenizas y escoria volcánicas, algo polvoriento y no ofrece dificultad al caminante. Pero lo más llamativo es la estimulante sucesión de vistas que incitan a no parar de caminar. A los pocos minutos mira atrás y verás en el horizonte las cuatro islas de la provincia de Tenerife, las cumbres próximas a Masca y la Montaña de Samara. En nuestro camino sólo el cráter del Teide asoma levemente tras un inesperado y joven pinar. Mientras andamos la curiosidad se acentúa. Minutos después el sendero se empina y frente a tí solo tienes por todos lados piedras de regular tamaño y las ásperas cenizas que lo cubren todo. Pero entonces continuamos y obtenemos nuestra recompensa. Al culminar nuestro ascenso se nos presenta de repente uno de los paisajes volcánicos más espectaculares e interesantes del Parque Nacional del Teide. Extraordinario premio para una excursión tan breve e improvisada.
Los Roque Blancos
Se nos ocurre que debemos poner orden en lo que vemos, es decir, nombres. Claramente distinguimos el Teide y el perfil irregular del gran cráter de Pico Viejo (que en realidad es menos viejo, ya que es posterior al primero). Hacia el flanco derecho del Pico Viejo asoman las Narices del Teide o Volcán de Chahorra (erupción de junio de 1798). Frente a nosotros destaca la Montaña Reventada de color casi negro y cuyas coladas vienen hacia nosotros. La escena tiene tantos puntos de interés que casi nos pasa desapercibida una enorme masa que surge en medio de los dos estratovolcanes, es el domo de Roques Blancos. Como una enorme cabellera de rocas sus coladas llegan al mar. Domo es un término geológico que se aplica a acumulaciones de lava que fluyen lentamente y suelen aparecer en los flancos de los volcanes. Según el trabajo citado más abajo (Hernández-Pacheco y otros, 1990) el de Roques Blancos es el mayor de los 37 domos de Tenerife. Si tienes curiosidad échale un vistazo en Google Earth.
Para terminar
Disfrutar de nuestras islas a veces solo requiere un poco de determinación. Aires limpios, miradas limpias, suerte, expectación contínua. Sin agua, sin calzado adecuado, sin cremas protectoras ni abrigo, sin cobertura, sin frutos secos ni chocolate… Microaventura sin aditivos. En estado puro. Como el aire.
Domo de Roques Blancos en Google Earth
Hernández-Pacheco, A., De la Nuez, J., Cubas, C. R., Hernán, F., & Fernández, S. (1990). Los domos sálicos de Tenerife, Islas Canarias. Estudios Geológicos, 46(3-4), 175-184.
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