Nos hemos propuesto fotografiar la Via Láctea, que en esta época del año, mediados de mayo, aparecerá sobre el horizonte aproximadamente a partir de las 2 de la madrugada y decidimos hacerlo desde lo alto de la isla de Tenerife, en las Cañadas del Teide, por encima de los 2000 m, que es una zona alejada de la contaminacion lumínica de las ciudades y los pueblos.
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Nuestro objetivo incluye, además, incorporar a las imágenes, ejemplares del tajinaste rojo, una especie vegetal endémica de la isla, conocida por el nombre cientifico de Echium wilptretii, que tiene su floración en esta época del año, floración que dura apenas un par de semanas y que es esperada con ilusion por los amantes de la naturaleza.
Partida y ascenso a las Cañadas
Nuestra ruta es la carretera dorsal que partiendo de La ciudad de La Laguna, bordea el aeropuerto Tenerife Norte y asciende a las cumbres de la isla, mostrando una secuencia de paisajes, que no dejan de sorprender por su cambio continuo a medida que la altura modifica las condiciones climaticas de las zonas.
Partimos al caer la tarde, y al cabo de un rato atravesamos el denso pinar de La Esperanza que cuando empieza a clarear permite divisar en la cara norte, el «mar de nubes» que forman los vientos alisios cuando ascienden y se enfrían en contacto con las montañas de la isla. Nos encontramos entonces con las cumbres de Izaña, donde se encuentra el Observatotio Astronómico del Teide, uno de los mejores observatorios astronómicos del Hemisferio Norte, así como instalaciones para el seguimiento del cambio climático y distintas antenas de radiofrecuencias.
Los paisajes son magníficos, limpios, casi inalterados por el hombre. La vegetación cambia totalmente y lucen extraordinarias las flores blancas, violetas y amarillas de la retama, el alhelí y la hierba «pajonera». Es primavera en las cumbres de Tenerife. El Teide se hace omnipresente.
Descendemos ligeramente hasta el cruce de El Portillo y desde allí nos dirigimos a traves de la carretera que conduce la Parador Nacional hasta el lugar que hemos fijado para tomar nuestras fotografías: El Tabonal Negro.
El Tabonal Negro es un mirador con aparcamiento
Ofrece unas vistas espaciosas que permiten contemplar una parte importante de las Cañadas. Es, además, un lugar rodeado localmente por una pequeña población de tajinastes rojos.
Alguno de nosotros toma fotografías aprovechando la débil luz del atardecer, que se va, y de la luna que avanza decidida hacia el Teide.
La Via Láctea comienza a elevarse sobre Las Cañadas
Es la hora. Comenzamos a tomar fotografías. Cada uno hace lo que le parece, deambula por el lugar. Escuchamos sugerencias. Escogemos. Intentamos tomas originales. La noche es cerrada, salvo por el replandor de la Luna. Las linternas nos permiten hacer un pequeño descublimiento en nuestro «campamento»: Un grupo numerosos de escarabajos negros, de mediano tamaño camina entre las rocas, son las Pimelias, una especie típica de la zona.
Los Roques de García también apuntan al cielo
Algo cansados ya, subimos al coche, dispuestos al regresar, pero alguno de nosotros propone adentrarnos un poco más hacia el Parador, aunque solo sea por explorar el lugar. Decidimos que merece la pena, dado lo largo del viaje que hemos hecho.
Sorprendentemente resultó esta segunda estación muy productiva, pues el lugar es extraordinario, espacioso, no hacía viento y, a esas horas, no había gente. El Parador había apagado ya sus luces. La Via Láctea y las constelaciones lucían espléndidas. Los Roques son espectaculares, algunas nubes que se forman en la noche, daban a la fotografías un encanto especial. Como por arte de magía despareció el cansancio. Una especie de euforia nos contagió a todos. El Teide coronado por la Osa Mayor y la polar nos despidió en una noche inolvidable que recordaremos con imagenes únicas.
Sergio Pareja Geraldo
Tengo 5 hermosos talijaste en mi casa. Santiago Chile
Florecidos y con muchas hermosas abejas