Visitamos el Sitio de Interés Científico de Juncalillo del Sur, en la costa sureste de Gran Canaria. Un rincón de la isla que ofrece sorpresas inesperadas a aquellos que se aventuran a adentrarse en sus senderos.
- Dónde: San Bartolomé de Tirajana.
- Dificultad: Baja.
- Imprescindible: Prismáticos y teleobjetivo para observar y fotografiar las aves. Descargar artículo en PDF
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Sitio de Interés científico
Estamos en el sureste de la isla, un lugar aparentemente inhóspito, azotado con frecuencia por el viento. La omnipresente presencia de aerogeneradores da idea de lo bravo que sopla aquí el Alisio.
Pero esta tierra que luce baldía encierra secretos naturales ocultos al viandante ocasional. A aquellos que, bajo el influjo de las prisas modernas, no se detienen a observar. Hemos decidido dejar atrás estas prisas, y pararnos por un rato en un lugar junto al que hemos pasado en infinidad de ocasiones. Un espacio al que hasta hoy no le hemos dedicado más que una mera ojeada por la ventanilla del coche. Se trata de una reserva natural junto a la localidad de Castillo del Romeral, conocida como Juncalillo del Sur.
Estamos en un Sitio de Interés Científico, un enclave de 190 hectáreas que es espacio natural protegido desde el año 1987. Se trata de un humedal que sirve de hábitat a gran cantidad de aves. No en vano ha sido declarado también como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), siendo el único espacio de esta naturaleza en todo el litoral de la isla.
El recorrido
El recorrido a través de sus senderos y la línea de costa nos va revelando poco a poco distintos lugares de interés. Para conocerlo es buena idea iniciar el camino desde el lado más occidental de la reserva, pues es allí además donde está la zona habilitada para el aparcamiento de vehículos.
Debes saber que está prohibido circular por el interior de este espacio, prohibición en la que puedes no llegar a reparar, pues en nuestra opinión la señalización a tal efecto no es del todo correcta.
De oeste a este dejamos atrás la Playa del Morrete, a pie de aparcamiento y nos dirigimos por la línea de costa hacia los restos de unas antiguas salinas. Este tipo de instalaciones eran habituales en el litoral, donde todavía permanecen algunas en explotación, como las salinas de Tenefé. Aquí estamos ante una infraestructura abandonada, de la que apenas quedan en pie restos de un antiguo almacen y los muros que delimitan el cocedero y los tajos. El entorno hipersalino sin embargo permanece, reconvertido en un humedal que las aves aprovechan para nidificar y alimentarse.
Dejamos atrás la geometría irregular de las salinas y avanzamos hacia el este. Este recorrido podemos hacerlo por el sendero o por la línea de costa, a lo largo de la franja de cantos rodados que constituye el límite marino de la reserva. Ten en cuenta que son estas las dos únicas zonas por la que está permitido transitar.
Tras recorrer un trecho aparece ante nosotros otro gran charco. Una nueva zona húmeda propicia para la nidificación de aves, que leemos es resto de una antigua piscifactoría.
Tanto en el entorno de las salinas como en el de la charca, zonas acondicionadas para la observación de aves enfatizan la importancia de este ecosistema y ponen en alerta nuestros sentidos, en busca de algún ejemplar que observar.
Un paseo en busca de aves
Una vez empapados del paisaje, desenfundamos nuestros prismáticos y nuestras cámaras de fotos, y nos lanzamos a la “caza” de aves. Leemos que es posible aquí avistar infinidad de especies: las habituales gaviotas o cernícalos hacen compañía a varias aves limícolas (aquellas que viven en el limo) como garzas, garcetas, chorlitejos o correlimos.
Miramos aquí y allá, afinamos la vista, y al poco descubrimos los primeros ejemplares. Nos ayudamos de un teleobjetivo para hacer las fotografías, sin embargo algunos están demasiado lejos como para obtener una toma nítida.
Aun así llegamos a observar varias especies distintas, a pesar de que probablemente ni la época ni la hora del día sean las más propicias. Sin embargo, estas dificultados no nos impide traemos para casa un pequeño botín. He aquí una muestra.
Tras un buen rato disfrutando del espectáculo retomamos el camino, que puedes dar por terminado en un pequeño bosquecillo de eucaliptus y palmeras, muy próximo ya al pequeño embarcadero de Castillo del Romeral.
Desde ahí puedes retornar hacia el punto de partida a través del sendero, que se aleja ligeramente de la costa hacia el interior, y que te ofrece otra perspectiva del entorno. Es ahora la flora la que toma el protagonismo, y aulagas y balos te escoltan de vuelta hasta el aparacamiento.
Cómo llegar
El Sitio de Interés Científico de Juncalillo del Sur se encuentra en San Bartolomé de Tirajana, muy próximo a la localidad costera de Castillo del Romeral.
Para llegar desde la capital debes tomar la autopista del sur y dejarla en la salida 31, dirección a Juan Grande. Ya en la GC-500, y una vez dejado atrás Juan Grande,recorrerás unos 5 kilómetros, hasta localizar un desvío a la izquierda. Has llegado. Te dejamos indicado en el mapa el lugar exacto donde se encuentra este desvío, y la zona de aparcamiento.
Más en el sureste
Esta zona de la isla de Gran Canaria está llena de lugares que visitar. Si estás por aquí y te has quedado con ganas de más no dejes de pasarte por nuestras microAventuras en el Arco del Coronadero o la Montaña de Arinaga.
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