En nuestra microAventura de hoy nos damos un paseo por el idílico paisaje de las Dunas de Maspalomas. Un viaje de apenas unas horas que, con algo de imaginación, te llevará por un momento al cercano desierto del Sáhara.
- Duración: Llegar al sur de la isla desde la capital apenas de llevará entre 30 o 40 minutos en coche. Eso sí, durante la visita, en especial si es tu primera vez por allí, puedes perder la noción del tiempo.
- Dificultad: Sencilla. El lugar es fácilmente accesible.
- Imprescindible: Asegúrate de llevar el bañador. Visitar la zona y no darte un chapuzón en la playa es pecado. Descargar artículo en PDF
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El campo de dunas
Las dunas de Maspalomas constituyen uno los paisajes emblemáticos de las Islas Canarias. Forma parte del grupo de lugares espectaculares que aflora en las conversaciones de todos los canarios cuando hablamos de cada una de nuestras islas. El campo de dunas de Maspalomas está en el sur de la isla de Gran Canaria. Decir el sur es bastante preciso pues en estas islas con dos puntos cardinales casi es suficiente para orientarse.
La isla tiene forma casi circular y en su extremo inferior, en las seis de un hipotético reloj, se encuentra campo de dunas. Comienza en el Faro y está limitado por las playas de Maspalomas y la del Inglés a lo largo de unos 4 km y hacia el interior por urbanizaciones turísticas que se encuentran a 1,5 km de la orilla del mar. La forma es aproximadamente rectangular. Unos 4 Km cuadrados de superficie.
Las dunas al alba
Hemos venido temprano, antes de amanecer. La mayoría de las dunas muestra sus caras limpias, sin huellas, tan solo con las estrías características que el viento forma en su superficie. Las sombras iniciales se dividen rápidamente y quedan delimitadas por líneas sinuosas de trazo limpio y perfecto.
Tras la salida del Sol, el campo de dunas aparece en toda su extensión, limitado por los tarahales y por el mar. Las dunas cuyas formas se entremezclan, muestran claramente sus dos caras, la de barlovento de suave pendiente y la de sotavento más vertical. En algunas ocasiones las duna toma la forma de barján, es decir la característica forma de luna creciente con los cuernos afilados que idican la dirección del viento.
Caminar por las dunas es realmente fatigoso. Sin embargo es muy fácil andar sobre el suelo en el que se desplazan las dunas. Una observación más atenta permite adivinar que existe una terraza llana, dura, y pedregosa que se extiende bajo todo el campo arena.
La arena de las dunas es casi toda mineral, producto de la disgregación de las rocas, pero en la orilla y en los fondos próximos la fracción orgánica es mayor. Los vientos alisios marcan la dirección principal de desplazamiento de las dunas.
La Charca de Maspalomas
Las Dunas y la Charca son dos ecosistemas limítrofes e inseparables. La charca se encuentra próxima al Faro y marca el comienzo del campo de dunas. No hemos encontrado mejor descripción de este lugar que la que aparece en el Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, de José de Viera y Clavijo, edición de 1982, que transcribimos a continuación:
«Charco (Palus). Depósito de aguas rebalsadas, bajo cuyo nombre denotamos también en nuestras islas aquellas maretas de aguas del océano, que se introducen en alguna considerable ensenada por una boca estrecha o por conductos subterráneos. merece en la Gran Canaria el primer lugar el célebre charco de Maspalomas, cerca de la punta del mismo título, al mediodía de la isla. Es una marisma o lago de dos tiros de fusil, que en la embocadura de un barranco forma el mar, confundiendo unas aguas con otras y haciéndolas salobres. abunda en anguilas y peces. Las aves del país y las que vienen del África lo animan, con especialidad palomas, patos berberíscos, gaviotas, becadas, etc. Sus riberas están vestidas de una maleza de aneas y tarayes.»
El barranco al que se refiere el diccionario es el de Fataga y la maleza de aneas y tarayes lo es de juncos y tarajales.
La charca es también un lugar muy bueno para observar y fotografiar aves locales y migratorias desde un pequeño mirador.
Impresiones
Apenas hemos estado unas horas en las Dunas de Maspalomas y un rato en la Charca. En esta miniatura de desierto nos hemos orientado por el Sol, el mar, las montañas azules del interior de la isla y también por el faro.
Añoramos los tiempos en que estos lugares eran ajenos a la presión del urbanismo moderno que los explota y modifica irresponsablemente. Confiemos en el viento que borra las huellas del hombre. Démosle siempre la libertad de extraer del mar la arena y transportarla sin impedimentos por los campos del Sur de Gran Canaria.
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