El alto de Igueque de la isla de Tenerife es una cima que no destaca sobre la multitud de picos de la isla de Tenerife, tanto por su forma como por su altura (2.273 metros). Pero el sendero de Igueque que lleva su nombre y que nos conduce hasta su cima es un todo un desafío a través de la mayor cordillera montañosa de Canarias.
- Dónde: Las Cañadas del Teide, Tenerife
- Duración: 90 minutos aproximadamente.
- Dificultad: Media, con especial cuidado en sentido de subida al encontrarte con enormes rocas y zonas desprovistas de sol.
- Imprescindible: Es necesario ir bien equipados con protección solar y algo de abrigo, debido al cambio de orientación en la cordillera el tiempo es muy cambiante durante la travesía, además de suficiente agua y, por supuesto, la cámara de fotos. Descargar el track Descargar artículo en PDF
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Este sendero y su entorno son tan ricos en contrastes y exigencia física que obligan a repetir la visita en diferentes momentos. En cualquier hora del día y en cualquier estación del año el paisaje es completamente diferente, por lo que esta micro aventura es la suma de varias ocasiones en las que hemos acudido a este lugar: en busca de la foto perfecta, practicar deporte o un simple momento de desconexión.
Un poco de historia
Nos encontramos en la cordillera dorsal de Tenerife, también llamada dorsal de Pedro Gil, que recorre el centro de la isla desde el inicio del monte de La Esperanza hasta Izaña, justo en la frontera del circo de Las Cañadas del Teide. Se trata de la cordillera más importante de Canarias, que separa los valles de Güimar y de La Orotava.
La cordillera dorsal de Tenerife se originó hace, aproximadamente, un millón de años a causa de un vulcanismo fisural de tipo basáltico, a partir de uno de los ejes o directrices estructurales de la isla, que al ir acumulando y solidificando lava capa a capa terminó alcanzando su impresionante forma actual (fuente: Wikipedia).
A través de la cresta de la cordillera dorsal de Tenerife, por la que caminaremos a través de grandes rocas y un sendero que deja una gran caída con impresionantes vistas a ambos lados, llegaremos a nuestro objetivo: el alto de Igueque.
El punto de partida: cómo llegar
Llegar hasta el inicio del sendero es muy sencillo. Basta con seguir la carretera TF-24 La Esperanza – El Teide hasta el mirador de La Crucita. Desde la zona de aparcamiento, puedes cruzar la carretera y comenzar el descenso del camino hacia el Volcán de Arafo, ruta habitual de peregrinación hacia Candelaria, y a unos pocos metros a la derecha encontrarás a entrada del sendero número 17: Igueque (dificultad media).
Ascensión entre pinos y grandes rocas
El inicio de la subida transcurre a través de una fuerte pendiente, pero bordeando siempre los últimos pinos de la corona forestal, siempre a la izquierda del camino para poder parar a descansar en cualquier momento.
A la derecha, siempre tendremos la vigilancia permanente de El Teide mientras vamos ganando altitud hacia la cima conocida como Montaña de la negrita (2.245 metros), que se convertirá en la verdadera cumbre del recorrido.
Durante el camino, los cortes de roca de la montaña harán que tengamos algunas dificultades para progresar, teniendo que utilizar las manos y escalar ligeramente alguna roca que hace la micro aventura aún más interesante, pero sin ningún tipo de peligro.
Es importante advertir que los últimos metros de esta ascensión son bastante duros (recuerda que estamos en un sendero de dificultad media) en un tramo muy corto pero de alta exigencia física para ganar al fuerte desnivel en altitud, totalmente al descubierto puesto que los árboles quedarán por el otro lado de la cordillera en este paso.
Una vez arriba, la cima de «la negrita» se convierte en un gran mirador natural del Valle de Güimar, desde donde podrás observar el volcán de Arafo y el pico del valle, conocido como Pico de Cho Marcial, desde una perspectiva totalmente diferente, lo que nos invita a pensar que siempre es importante observar la realidad desde diferentes ángulos para poder comprenderla mejor.
No solo nos quedaremos un buen rato aquí y en las inmediaciones de la Montaña de la negrita, rodeada de vistas increíbles, sino que volveremos varias veces por diferentes motivos, como por ejemplo ver amanecer desde el mismísimo centro de la cordillera dorsal de la isla.
Hacia el alto de Igueque con nueva parada sorpresa.
Nos disponemos a continuar el camino hacia nuestro objetivo, desde ahora una pendiente suave de subida y bajada. Poco antes de llegar a nuestro destino en el alto de Igueque volveremos a conectar con el pinar a nuestra izquierda y nos encontraremos con una zona de formaciones rocosas muy llamativas.
La sorpresa llegó cuando al acercarnos observamos un arco que forma una ventana natural con vistas al Teide que da mucho juego fotográfico. Conocido como «La Ventana de Igueque», este magnífico mirador se convertirá en uno de nuestros puntos de visita frecuentes.
El tramo final hacia el alto de Igueque es suave y tranquilo, aunque desprovisto de sombra, ofreciendo vistas de los observatorios de Izaña (alto donde termina la cordillera dorsal de Tenerife) y El Teide, lo que nos hará llegar al final del sendero casi sin darnos cuenta. Este último tramo de la travesía es perfecto para fotografiar El Teide al amanecer o al atardecer, aprovechando los cambios de color del cielo en cada época del año
Sendero versátil de ida y vuelta
El sendero 17 (Igueque) es muy versátil, ofrece diferentes tipos de paisaje y sus dos accesos están conectados por la misma carretera TF-24, lo que nos permite iniciarlo también desde la parte final para recorrerlo en bajada (menos exigente físicamente, pero dejarás la vista de El Teide a tu espalda), dejar un coche en cada extremo para un regreso más cómodo, o acceder al recorrido por la entrada que más nos conviene en cada visita que repetimos, según el motivo de nuestro regreso.
Además, las inmediaciones del acceso al sendero por la parte superior son excelentes para dar un paseo, puesto que este tramo es prácticamente llano y las estaciones cálidas se llena de flora (motivo por el que encontrarás varios recintos vallados para el estudio y la protección) o la fotografía de estrellas, ya que nos encontramos a pocos metros de los observatorios de Izaña y a una altura adecuada.
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