El Parque Nacional del Teide es uno de los lugares más frecuentados por nuestras microaventuras. La gran variedad geológica y paisajística que se transforma en cada estación del año, combinada con una historia mística, hacen que siempre tengamos un motivo para recorrer este extraordinario territorio volcánico y encontrar una imagen nunca vista antes.
- Dónde: Tenerife, Canarias.
- Imprescindible: Nos encontramos en un terreno predominante de alta montaña, requiriendo el equipamiento adecuado. Descargar artículo en PDF
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El recinto del Parque Nacional del Teide está delimitado por los restos de las enormes paredes del desaparecido Volcán Las Cañadas, que superaría los 5.000 metros de altitud y terminaría derrumbándose a causa de los grandes deslizamientos originados por la intensa actividad volcánica del lugar y la verticalidad de la isla. En su lugar quedó el que hoy se conoce como circo de Las Cañadas, una de las calderas volcánicas más grandes del mundo con un perímetro de 45 kilómetros (Teide: Las Cañadas, la estructura más típica del Parque. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).
En la actualidad, El Teide, la cima de Tenerife, se eleva 7.000 metros desde las llanuras abisales y se deja ver desde la lejanía (El Volcán “Las Cañadas”. Lainakai.com). Se trata de una cima que sobrepasa las nubes a 3.715 metros de altitud sobre el nivel del mar, cuya belleza es superada por los infinitos detalles que la rodean en el caos geológico del interior del circo de Las Cañadas, formado con la superposición de sucesivas erupciones. Las numerosas coladas y conos volcánicos dieron lugar a un paisaje único, donde se mezclan los colores de diferentes tipos de lavas y piroclastos con una vegetación única: el tajinaste rojo, la retama o la escondida violeta del Teide que aquí tienen su perfecto hábitat.
Para los guanches, los aborígenes de Canarias, el Teide tenía un profundo valor espiritual. Aquí, el dios Achamán liberó al Sol del demonio Guayota, quien quedó encerrado prisionero en el interior del volcán. Al mismo tiempo, las cañadas contribuyeron a la supervivencia de los propios guanches al servir como pastos de alta montaña, donde en verano se producía una concentración de ganados y pastores procedentes de toda la isla (Teide: Historia. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico). Para nosotros, el Parque Nacional del Teide es también un lugar de culto donde dar rienda suelta a nuestras microaventuras.
Patrimonio de la Humanidad
En el año 2007, el Parque Nacional del Teide fue catalogado como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, declarando que “La importancia mundial del Teide estriba en que es una viva muestra de los procesos geológicos subyacentes a la evolución de las islas oceánicas” (Parque Nacional del Teide. Unesco World Heritage Convention).
Microaventuras en el Parque Nacional del Teide
Aunque todavía nos quedan rincones por descubrir, con el paso de los años hemos recorrido extensamente el Parque Nacional del Teide, pasando incluso varias veces por los mismos lugares, atrapados por la atracción de un paisaje que nunca se ve igual.
Algunos senderos como Siete Cañadas son un paseo por la historia geológica del Teide, mientras que el de Igueque o la pista de El Filo o nos han permitido disfrutar de un entorno natural excepcional, contemplando todo el Parque Nacional desde la Ventana de Igueque o viviendo momentos astronómicos únicos, como los cometas C/2020 F3 Neowise y C/2023 A3 Tsunchishan-ATLAS que tuvimos la fortuna de divisar y fotografiar desde las alturas.
Otros senderos nos llevan a cimas que nos ponen a prueba, pero que nos premian con unas vistas inolvidables. La Fortaleza (2.135 metros), Montaña Guajara (2.717 metros), Pico Viejo (3.135 metros) o el propio Teide (3.715 metros) son algunas de las cimas más queridas, más atractivas si cabe durante los días de nieve, donde incluso disfrutamos de inmersiones completas en la naturaleza durante las noches de vivac sin dormir viendo el cielo lleno de estrellas.
Pero sin duda el mayor disfrute del Parque Nacional del Teide lo encontramos en la búsqueda de lugares ocultos, a los que unas veces llegamos tras una minuciosa exploración y otras por una afortunada casualidad. Documentamos algunos de estos hallazgos en el Capricho del Teide, el escondido cedro milenario conocido como “El Patriarca” o los antiguos neveros de Izaña, mientras seguimos buscando otros tesoros escondidos de Las Cañadas que esperamos compartir pronto.












Hasta aquí solo un ejemplo de algunas de nuestras microaventuras en el Parque Nacional del Teide, cuyo listado completo se encuentra en este enlace que seguiremos ampliando con total seguridad, puesto que se trata de uno de nuestros lugares imprescindibles.
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