Nos desplazamos hoy a la capital de la isla de Tenerife con la idea de ascender a una de las montañas más emblemáticas de su periferia, la montaña de La Altura, y visitar la cruz de Santiago, símbolo de la ciudad.
- Dónde: Santa Cruz de Tenerife
- Duración: 20-30 minutos aproximadamente
- Dificultad: baja
- Imprescindible: cámara de fotos / prismáticos Descargar artículo en PDF
(Exclusivo para suscriptores)
Fabuloso mirador sobre Santa Cruz
Estamos en Santa Cruz de Tenerife, en el extremo este de la ciudad. Aquí, sobre el margen izquierdo de la desembocadura del barranco de Tahodio, se eleva la montaña de La Altura, el destino de nuestra microAventura de hoy.

Hemos venido atraídos por un símbolo que desde hace algunos años ilumina las noches de la ciudad. Una cruz de Santiago que se yergue sobre su cima. Pero también por la promesa de vistas espectaculares sobre la bahía.
Nuestro periplo comienza en lo alto del santacrucero barrio de La Alegría, a la espalda del recinto portuario conocido como Muelle Norte. Ascendemos en coche todo lo posible a través de las estrechas calles que surcan la ladera izquierda del barranco, hasta que una valla nos impide continuar. Aparcamos y nos disponemos a comenzar un recorrido a pie que nos llevará a nuestro destino.

La cima está cerca pero el camino que lleva hasta ella es relativamente largo, pues se adentra un buen trecho hacia el interior del barranco. Primero sobre asfalto y luego ya sobre tierra, paseamos dejando atrás las últimas casas. Hemos venido en horas de la tarde y el barranco de Tahodio luce ya casi en penumbra.

Avanzamos poco a poco, disfrutando de la buena temperatura que hace, haciendo alguna fotografía y descubriendo en cada curva una nueva panorámica de la ciudad. Tras un rato de paseo alcanzamos nuestro destino, que dista aproximadamente 1,5 km desde la valla.

La cima nos recibe con un enjambre de antenas, una estampa ya típica de casi cualquier cumbre próxima a zonas urbanas. Equipos de comunicaciones de todo tipo se distribuyen aquí y allá y el ruido de algún generador perturba por momentos la paz que se respira en La Altura.


Dejamos atrás las primeras instalaciones y nos acercamos a la vertiente sur, que ofrece unas vistas inmejorables sobre la ciudad.


Es aquí además donde aparece ante nosotros, por fin, el reclamo que nos trajo: la cruz de Santiago.

Hogar de un símbolo
Leemos que la primera cruz de Santiago fue colocada en La Altura allá por 1968, por un capitán de Caballería, en honor al patrón del Arma de Caballería y al Copatrono de Santa Cruz de Tenerife, y que es desde 2011 que luce iluminada en la noche santacrucera.



La Cruz de Santiago es símbolo de Santa Cruz desde que el 25 de julio de 1797, día de la festividad de Santiago Apóstol, las milicias tinerfeñas derrotaran a las tropas británicas de Horacio Nelson, en uno de los episodios más relevantes de la historia de la ciudad.
Desde este enclave privilegiado podemos fácilmente entender el interés que tuvo que despertar este lugar desde el punto de vista militar, ya fuera en época de Nelson o en tiempos más recientes. No en vano se alza imponente sobre todo el litoral, y se encuentra protegido por escarpados barrancos.

Sorpresas de un enclave estratégico
Son muchos las evidencias del atractivo militar de La Altura. El propio nombre del camino que lleva hasta la cima, Pista Militar, nos adelanta una de las sorpresas que nos esperan al llegar. Y es que ya en la cima descubrimos bajo nuestros pues varios nidos de ametralladoras, camuflados en el interior de la montaña.



Nos acercamos a algunos de ellos, evitando en todo momento caminar por pasos expuestos al precipicio y nos maravillamos con esta infraestructura oculta que no esperábamos encontrar. Descubrimos similitudes evidentes con otras estructuras similares que hemos visto en el pasado, como las del bunker de San Andrés o la montaña de Arinaga y nos perdemos por un rato imaginando tiempos en que las instalaciones estaban operativas.
Pero es que además, en nuestras pesquisas previas sobre el lugar, supimos que bajo la montaña de La Altura existen una suerte de silos excavados en la roca, que algunos creen que pudo llegar a ser un intento de construir ¡una base secreta de submarinos durante la Segunda Guerra Mundial¡. El acceso libre a estas instalaciones, propiedad de la Autoridad Portuaria, está prohibido, pero puedes encontrar un buen reportaje de lo que hay bajo la montaña en este enlace.
Es tarde ya, la noche amenaza con atraparnos y es momento de emprender el camino de regreso, camino que recorremos ya bajo la luz de la Cruz de Santiago iluminada.

Más en los alrededores
Hay muchas microAventuras a las que lanzarte si estás por Santa Cruz. Si te has quedado con sabor a poco, te recomendamos algunas de ellas: Entre torres y castillos, fuente de Isabel II, el hombre que camina.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.