Llano del Jable

Después de algo más de tres años volvemos a la isla de La Palma, con la intención de comprobar “in situ” cómo ha cambiado el paisaje tras la erupción del Tajogaite. Visitamos para ello el Mirador del Llano del Jable.

La erupción más reciente

Si nos lees con asiduidad sabrás que, como tantos otros habitantes de las Canarias, tuvimos la suerte de poder vivir en primera persona la erupción del volcán de Cumbre Vieja.

Fue una experiencia única, probablemente de esas que solo se viven una vez. Un espectáculo natural tan escalofriante como hermoso. En los días que estuvimos por allí la lava aún corría, dibujando formas caprichosas en su lento caminar hacia el mar. No se conocía entonces cuándo cesaría la erupción y, por tanto, cómo quedaría modificado el paisaje de una de las islas más jóvenes del archipiélago.

Hoy, tres años después, hemos vuelto para comprobarlo. Ya no llueve ceniza, el tremor ha desaparecido, y no se escucha el rugido constante del magma manando del interior de la Tierra. Ahora todo está en calma. Todo salvo el bullicio ocasionado por los habitantes del valle que, prestos a recuperar sus vidas, reconstruyen viviendas fincas y carreteras entre impresionantes coladas de negra lava.

Nos acercamos hasta el mirador del Llano del Jable, uno de los mejores oteaderos sobre el oeste, para comprobar desde lo alto la dimensión de este reciente fenómeno geológico.

Asomados a un Volcán

En el municipio de El Paso, casi en la línea dorsal que divide la isla de norte a sur, se encuentre el mirador del Llano del Jable. Publicitado localmente como mirador astronómico, es sin duda un lugar ideal para disfrutar de vistas sobre el Valle de Aridane y el recién nacido volcan de Cumbre Vieja, bautizado como Tajogaite.

Llegamos a la salida de la carretera que da acceso al mirador. Hace un día espléndido, aunque sopla algo de viento. Nos recibe un todo terreno con una vigilante, que nos informa sobre dónde aparcar con seguridad.

Existe, tras una pequeña caseta de información, un primer punto desde donde asomarse, pero la vigía nos indica que el mirador “bueno”, “el del volcán”, está algo más al sur.

Siguiendo sus indicaciones nos adentramos por una pista de tierra que da al camino de acceso a este segundo mirador. Es aquí donde descubrimos la silueta del Tajogaite.

En primer plano la parte alta del cono del volcán, con esa característica y singular corona de tonos amarillos y dorados. También se aprecian en la lejanía parte de sus coladas, y cómo estas rodean, ya casi en la costa, la montaña de Todoque.

Pasamos un buen rato haciendo fotografías y recreándonos con las vistas, hasta que el viento, que por momentos arrecia con fuerza, nos invita a regresar.

El entorno, una suerte de pinar sobre un manto de cenizas negras, invita a hacer algún recorrido a pie, actividad que nos reservamos para otra ocasión. Leemos también que desde aquí es posible hacer una ruta guidada hasta el volcán, eso sí, a cambio de un -a nuestro juicio – poco módico precio.

Dejamos el lugar, apremiados por la apretada agenda de nuestra corta visita a la isla, y reemprendemos la ruta. Nos marchamos con la sensación de haber hecho un descubrimiento. De haber visto por primera vez un nuevo territorio. Una nueva cara de la isla que muchos no han conocido aún.

Cómo llegar

El mirador del Llano del Jable esta localizado en el municipio de El Paso, en las proximidades de la carretera LP-301, pasado el kilómetro 5. El lugar dista unos 25 km desde la capital, y llegar hasta allí te llevará unos 40 minutos. El trayecto es sencillo. Cómo siempre te dejamos indicada la localización exacta en el mapa.

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