En Canarias quedan lugares por los que no pasa el tiempo, mantienen su esencia original y cuentan su historia a primera vista. En el caso de Masca, este pequeño caserío asentado en uno de los valles más remotos de Tenerife se resiste voluntariamente al paso del tiempo desde hace siglos para conservar su encanto y mostrarlo de forma amable a sus visitantes.
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El pueblo de Masca que conocemos hoy pertenece al municipio de Buenavista del Norte y no es muy diferente al que fue en el pasado: un pequeño caserío «escondido» en el corazón del Parque Rural de Teno. Masca está protegido por las enormes paredes y grietas del Macizo de Teno, las montañas de Guergues, Tarucho, La Fortaleza y el imponente Morro de Catana que preside todas las imágenes del caserío.
El secreto de la conservación de Masca
Es precisamente esta protección natural del Macizo de Teno el secreto de la conservación de Masca.
La dificultad para acceder hasta hace relativamente pocos años, únicamente a través del Camino de los guanches, así como las duras condiciones climáticas de los antiguos inviernos han hecho de Masca el refugio perfecto para sus habitantes, acostumbrados a vivir aislados durante largos períodos del año en armonía con el entorno y su pequeña comunidad de vecinos, una armonía que todavía hoy se respira en sus calles entre vecinos y visitantes.
Cómo llegar a Masca
Para llegar a Masca en coche deberemos recorrer con precaución las sinuosas carreteras que sortean el relieve del macizo de Teno. Puedes hacerlo desde las poblaciones de Buenavista del Norte o de Santiago del Teide, dependiendo de si nos encontramos en la cara norte o sur de la isla respectivamente.
También puedes ir a Masca en transporte público, en bici (puesto que es una exigente ruta de entrenamiento) o a través de numerosos senderos que atraviesan el Parque Rural de Teno.
Masca es un lugar único de microAventuras y desconexión
La mezcla de conservación histórica, tradición e integración perfecta en el entorno hace que Masca sea un sitio de visita obligatoria para desconectar y recorrer sus calles o los senderos de sus alrededores. El lugar permite disfrutar de un paisaje dominado por la roca y la vegetación de palmerales, tuneras y almendros salpicados entre muestras de arquitectura canaria original, antiguos bancales de cultivo y pequeños yacimientos guanches que relatan la historia del lugar.
Entre tantos atractivos, también encontramos la gastronomía o alojarse en una de sus antiguas casas, muchas de ellas reconvertidas para uso turístico, donde podrás disfrutar de noches de completo silencio y cielo oscuro para ver las estrellas.
Además, el caserío de Masca es el punto de partida de uno de los senderos más populares y queridos de Tenerife, el Barranco de Masca que lleva su nombre, que recorre las enormes grietas del Macizo de Teno hasta su salida al mar a través de los Acantilados de Los Gigantes.
Economía local y desarrollo sostenible
Masca es uno de los mejores ejemplos de economía local y desarrollo sostenible del que podemos aprender en la actualidad.
Su actividad, principalmente agrícola durante siglos, ha dado paso a una transición lenta hacia un turismo sostenible que, alejado de la corriente de masas, atrae a visitantes encantados por atributos como el valor histórico, la naturaleza, la tranquilidad, la gastronomía, la autenticidad y la desconexión casi total, en un modelo que convive a la perfección con la conservación del entorno.
Disfrútalo y consérvalo
El caserío de Masca ha permanecido prácticamente inalterado durante siglos, manteniendo su encanto con los brazos abiertos a nuevos visitantes que quieren integrarse en la idiosincrasia del lugar sin alterarla.
Ayuda a que este lugar siga siendo así por muchos siglos más, disfrutando de este sitio de otro tiempo sin dejar tu rastro.
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