Te proponemos como microAventura una ruta corta por el bosque de laurisilva de los Tilos de Moya, especialmente apetecible en estos meses de invierno. Un trayecto sencillo y poco exigente, ideal para niños, y que además es una auténtica delicia para los sentidos.
- Dónde: Villa de Moya, Gran Canaria.
- Duración: El recorrido se hace en apenas media hora.
- Dificultad: Baja. Sendero apto para niños.
- Imprescindible: Calzado adecuado. Es zona húmeda y por tanto abunda el barro. El firme es resbaladizo. Descargar artículo en PDF
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El Bosque de Laurisilva
La laurisilva o monteverde es un tipo de bosque húmedo propio de la región Macaronésica, que se caracteriza por su tupida vegetación. Conformada fundamentalmente por árboles de la familia de los laureles, estos bosques exuberantes contrastan sobremanera con el resto de vegetación que cubre la mayor parte de los montes de las islas.
Se trata de auténticas selvas que crecen alimentadas por los alisios. Los vientos reinantes en las Canarias y que, soplando desde el noreste, los proveen de humedad constante durante prácticamente todo el año.
Uno de los pocos reductos de laurisilva que quedan en la isla de Gran Canaria se encuentra en la Reserva Natural Especial de los Tilos, en el municipio de Moya. Un lugar ideal para perderse por un tiempo entre laureles, helechos, y retorcidos caminos de barro, en el que el agua y la humedad están siempre presentes.
El Sendero y cómo llegar
El Sendero de los Tilos de Moya se encuentra en el municipio del mismo nombre, a poco de pasar el casco del pueblo. Te dejamos indicado el comienzo del mismo en el mapa. Ten en cuenta que el espacio para estacionar es limitado, y el sendero suele estar bastante concurrido, por lo que te aconsejamos llegar temprano.
Aunque hay varias alternativas para caminar por la zona, te proponemos hoy hacer la pequeña ruta circular, de apenas 2 km. El camino comienza y termina en el centro de interpretación, donde podrás consultar diversos paneles informativos sobre las principales características del lugar. Aprenderás a través de ellos a identificar la vegetación propia de la laurisilva, y en especial el til o tilo, el árbol que da nombre a este lugar.
El trayecto está bien señalizado y no tiene pérdida. Nosotros lo realizamos en sentido horario. Esto supone salvar cierto desnivel durante los primeros metros, lo cual puede dar al caminante una equivocada sensación de dificultad. A los pocos minutos el camino se torna llano y se sucede posteriormente en continua bajada.
La mayor parte transcurre a la sombra de una frondosa vegetación que, de cuándo en cuándo, deja algunos claros a través de los que se pueden atisbar las montañas que circundan el barranco y una gran cueva. La discreta señalización invita a no salirse del camino con objeto de preservar el entorno. Algún banco para sentarse y descansar, una cantonera, setas, espectaculares troncos cubiertos de musgo… la senda está llena de alicientes que hacen que el tiempo pase volando mientras transitamos por ella y nos perdemos haciendo fotografías.
La experiencia es agradable, te transporta por un tiempo a escenarios de historias como Viaje al Centro de la Tierra, o Parque Jurásico y por un momento se te pasa por la cabeza que podrían aparecer grandes animales propios de otras épocas.
El camino termina de nuevo en el centro de interpretación, tras un trayecto final que transcurre en paralelo a la carretera.
Más monteverde en las islas
Si después de visitar los Tilos de Moya te has quedado con ganas de más, sabrás que afortunadamente hay otros lugares como este que visitar. La laurisilva está presente fundamentalmente en las islas de mayor relieve. Añade a tu lista de próximas microAventuras el bosque de El Cedro en La Gomera, Los Tilos, en la Palma o las zonas de Teno, Anaga o Aguagarcía en Tenerife.
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