La Fortaleza

Nuestras microAventuras nos están llevando a descubrir, entre otros muchos lugares, los innumerables rincones del Parque Nacional del Teide. En esta ocasión visitamos La Fortaleza de Tigaiga, en una salida en busca de la Luna.

Nuevo objetivo y nuevo destino

La excusa para visitar la Fortaleza es, como no, hacer una fotografía. El objetivo es conseguir una captura de la Luna ocultándose tras el Pico de El Teide. Ya hicimos una foto similar en el pasado, en aquella ocasión desde el sendero de El Filo. Lo gratificante de aquella experiencia nos ha llevado a repetir, en este caso de noche y con la Luna en cuarto creciente.

El lugar exacto desde el cual podemos hacer la captura que estamos buscando es un punto concreto del sendero conocido como nº 1. Como te hemos contado ya en alguna otra ocasión, determinar dicho lugar es relativamente sencillo. Basta con emplear alguna aplicación especializada para determinar la ubicación y el momento exacto desde donde tomar la fotografía deseada. Nosotros utilizamos PhotoPills, una aplicación muy recomendable si te interesa la fotografía de paisaje. Entre sus muchas funcionalidades se encuentra la capacidad de determinar la posición exacta del Sol, la Luna o la Vía Láctea.

El instante exacto en el que la luna transitaba por detrás del Pico del Teide era pasadas las 8:30 de la tarde, un par de horas después de la puesta de sol. Decidimos aprovechar para hacer una caminata vespertina y descubrir un lugar hasta ahora desconocido.

Cómo llegar a la Fortaleza: el sendero nº 1

El camino hasta la Fortaleza es el sendero nº 1 del Parque Nacional. Este sendero comienza en el Centro de Visitantes de El Portillo, en el km 32,1 de la carretera TF-21.

Tras dejar el coche en uno de los aparcamientos de la zona, hay que dirigirse hacia el propio centro de visitantes y tomar el inicio del sendero, dejando el edificio a la derecha.

El entorno natural

El trayecto a pie, de unos 4 km, es relativamente sencillo. Transcurre entre pequeñas lomas cubiertas de piedra pómez, salpicadas de la vegetación típica de la zona, fundamentalmente retama, hierba pajonera y codeso.

El lugar es, según nos cuentan, rico también en fauna. En nuestra visita no vimos sin embargo gran cosa. Únicamente un ejemplar de Alcaudón que, pacientemente posado en una rama, nos permitió fotografiarlo durante largo rato.

También es habitual la presencia de la Pimelia, un escarabajo muy frecuente en el entorno del Parque Nacional, del que, paradógicamente, no vimos ningún ejemplar en esta ocasión.

Las vistas del Teide son, como siempre, colosales y las luces del atardecer, que en esta época del año se adelanta unas horas con respecto al verano, hacen las delicias de los senderistas que transitan el lugar.

Tras unos 45 minutos de camino, llegamos a la zona conocida como Cañada de los Guancheros, una planicie sedimentaria justo a los pies de La Fortaleza. La Fortaleza es una elevación montañosa de color rojizo, resto de una antigua formación geológica de mayor tamaño, que se yergue a lo alto dominando el entorno.

Nuestra intención inicial era ascender a la propia montaña, para disfrutar de las vistas desde lo alto, sin embargo, el tiempo apremiaba. La Luna, cayendo sobre el Teide a gran velocidad, nos animaba a buscar con premura el punto exacto desde el que hacer la foto que veníamos a buscar. Para ello tendríamos que deshacer parte del camino realizado, por lo que pospusimos la subida a La Fortaleza para una futura ocasión.

El sendero nº 1 enlaza además con muchos otros caminos del parque, los senderos a Arenas Negras o Siete Cañadas, o el sendero de gran recorrido GR-131 del que ya te hablamos en nuestra primera microAventura en La Palma. Es esta otra de las razones por las que, muy probablemente, el lugar será punto de partida de próximas salidas.

La experiencia fotográfica

Llegados al punto exacto para realizar la fotografía, y con la Luna todavía a cierta distancia del Pico del Teide, nos dedicamos a desplegar el equipo, y planificar la toma. Durante la espera final, aprovechamos el tiempo para fotografiar el entorno.

Con la Luna ya apenas a unos cientos de metros del Pico del Teide comenzamos a disparar, cada uno con su imagen final en mente, esperando haber acertado con la localización adecuada. Al final, erramos por poco, y la Luna no pasó justo por detrás del Pico, sino que quedó algo a la derecha. Además, el hecho de que no hubiese Luna llena hacía aún más difícil hacer coincidir la parte iluminada de la luna con la cima de la montaña.

La experiencia nos sirvió en cualquier caso para afinar la técnica, y estar más preparados para una futura reedición de esta foto, la próxima vez quizás con Luna llena.

Algo de astrofotografía para terminar

La oscuridad de la noche, una vez que la Luna quedó oculta, nos animó a dedicar un rato a sacar fotografías del cielo nocturno. Nuevas inquietudes en astrofotografía surgen en el invierno, toda vez que la parte más interesante de la Vía Láctea queda ya oculta hasta el año que viene. Es ahora la presencia cada vez más temprana de la constelación de Orión la que llama nuestro interés. Su nebulosa principal, una de las más sencillas de fotografiar con un equipo modesto, será uno de nuestros objetivos para esta época del año.

He aquí nuestro primer intento de capturar la Nebulosa de Orión, objeto M42 del catálogo de Messier.

Con la emoción de ver por primera vez en el display de nuestras cámaras un objeto estelar de semejante belleza, damos por terminada nuestra jornada y nos disponemos a regresar.

Una vez más la excusa fotográfica nos ha llevado a descubrir lugares desconocidos y vivir nuevas experiencias en la naturaleza. ¡Una parte fundamental de cualquier microAventura!.