Santa Cruz de Tenerife cuenta su historia a través de viejas construcciones diseminadas entre sus calles y rincones. Algunas pasan desapercibidas entre los edificios que en las últimas décadas han ido colonizando la ciudad, quedando visibles únicamente para quienes se adentran en las calles del municipio con espíritu observador. Este es el caso de la Fuente de Isabel II.
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No hace demasiado tiempo que el barrio de El Toscal se convirtió en uno de los grandes centros neurálgicos de la ciudad de Santa Cruz. En el siglo XVIII, este territorio por entonces dominado por extensas huertas de cultivo, comenzaría a experimentar un fuerte desarrollo urbanístico ligado al crecimiento del puerto y la demanda de trabajo asociada a este (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio). Así, aquí se originó uno de los barrios emblemáticos del municipio, caracterizado por sus pintorescas casas terreras de colores, en su mayoría de una planta, que se entremezclan con grandes viviendas señoriales de estilos clásico, modernista y neo-canario (Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife).
Fuente de Isabel II, una obra pública clave para la vida de Santa Cruz en los siglos XIX y XX
Durante el crecimiento del barrio de El Toscal se impulsaría la construcción de otras obras públicas de gran relevancia para la época. Entre ellas, la fuente de Isabel II fue uno de los puntos neurálgicos de la ciudad al convertirse en uno de los lugares de abastecimiento de agua para los habitantes de Santa Cruz a partir del año 1843 (Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife).
En la plaza del mismo nombre, la fuente de Isabel II fue diseñada por el arquitecto Pedro Maffiotte, vecino de Santa Cruz vinculado a las obras del puerto. La construcción se levanta sobre una escalinata de piedra y se muestra como un monumento construido en granito basáltico, adornado por seis columnas toscanas (Padrón Albornoz, s.f.) entre las que brotan chorros de agua escupidos por cinco cabezas de león. En la parte superior de la fuente se puede leer el homenaje al reinado de Isabel II, mientras que la construcción culmina con el escudo de la ciudad, ambos grabados en piedra. En su parte posterior, un estanque de gran volumen, anexado varias décadas después, almacena el agua para distribuirla con mayor eficiencia.
Aquí llegaba el agua procedente de los barrancos, principalmente de Tahodio, garantizando el suministro de agua de la población incluso en tiempos de sequía. La construcción de la presa de Tahodio permitió la canalización definitiva de la fuente desde el año 1926 hasta la actualidad, momento en el que nos encontramos viendo brotar sus chorros de agua.
La mutación del concepto de desarrollo fue modificando el marco urbanístico de El Toscal a partir de mediados del siglo XX. A partir de entonces, la identidad que le conferían las animadas casas del barrio sería sustituida por la de nuevos edificios más altos, cuyas paredes no solo aislarían a los monumentos históricos, sino que además separarían al propio barrio del muelle que le dio la vida. De este modo, la fuente de Isabel II permanece hoy oculta por los edificios levantados entre las céntricas calles de San Francisco y La Marina, esperando a ser descubierta por algún transeúnte observador del paisaje urbano.
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Visitar las antiguas fortificaciones, torres y castillos, el muelle y los rincones emblemáticos permite conocer la historia de Santa Cruz de Tenerife de manera consciente, mientras que la importancia de la ciudad desde el punto de vista cultural, comercial y militar se encuentra representada por las viejas reliquias que sobreviven al desarrollo del municipio.
Referencias
- Barrio de El Toscal, Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio
- Crónica BIC XXX – El Toscal, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
- Fuente de Isabel II, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
- Padrón Albornoz, Juan Antonio. La vieja fuente de Isabel II. Repositorio Institucional de la Universidad de La Laguna
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