En entradas anteriores te hemos hablado de basura espacial, o cómo fotografiar estrellas o la Estación Espacial Internacional. Hoy te traemos algo nuevo: fotografía de satélites geoestacionarios. ¿Quieres saber más? Vamos a ello.
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Los satélites geoestacionarios
Como sabes los satélites artificiales son objetos puestos en órbita por el hombre con diversos propósitos, siendo los más habituales la observación de La Tierra y las comunicaciones.
Existen diversos tipos de órbitas, cada una de las cuáles sirve a un propósito concreto. Así, las órbitas bajas, o LEO (Low Earth Orbit) son frecuentes en los satélites de comunicaciones y observación, localizados entre 200 km y 2.000km de altura. A continuación están las órbitas medias, o MEO, situadas entre los 2.000 km y los 35.786 km. Estas son empleadas fundamentalmente por los satélites de posicionamiento global, como los de las constelaciones GPS o Galileo.
Por último tenemos la órbita geoestacionaria, localizada exactamente a 35.786 km de altura sobre el ecuador terrestre. Esta órbita permite a los satélites que en ella se encuentran tener un periodo de rotación similar al de la Tierra, de modo que pueden mantenerse permanentemente sobre un mismo punto del ecuador terrestre. Esto, como podrás imaginar, tiene muchas ventajas, entre ellas, poder prescindir de equipos de seguimiento en las antenas terrestres.
Los satélites geoestacionarios de los que hablamos hoy son los que habitan en esta concurrida zona del espacio, por la que transitan a velocidades próximas a los 11.000 km/h.
Cómo encontrarlos en el cielo
A diferencia de otros satélites de órbita baja, como los de la constelación Starlink o la propia Estación Espacial Internacional, este tipo de artefactos no son visibles a simple vista, dada la enorme distancia que los separa de nosotros. Sin embargo si es posible fotografiarlos con el equipo adecuado.
Localizarlos es en teoría más sencillo que hacerlo con el resto de satélites, no en vano su característica principal es que permanecen estáticos para un observador en la Tierra.
Como te hemos dicho, la órbita geoestacionaria es un anillo único que rodea la Tierra sobre el ecuador. Para localizarla debes identificar en el cielo el ecuador celeste, que es la proyección del ecuador terrestre en la bóveda estrellada. Puedes ayudarte para ello de cualquier aplicación de tipo planetario, como por ejemplo, Stellarium o goSkyWatch.
Una vez localizado el ecuador celeste, es muy probable que tengas ya en frente algún satélite geoestacionario. No en vano la órbita «geo» está densamente poblada.
En cualquier caso, si estás interesado en identificarlos puedes consultar la localización de gran parte de ellos en páginas web como esta o esta otra. Esta aplicación web te permite localizar satélites de todo tipo en el espacio. También existen herramientas para encontrar aquellos que están visibles en tu zona de observación, como por ejemplo la web CalSky.com.
Ten en cuenta que, salvo que estés exactamente en el ecuador de la Tierra, la órbita geoestacionaria la verás desplazada unos grados al sur (si te encuentras en el hemisferio norte). Esto es debido al denominado efecto parallax.
Cómo fotografiarlos
Y ahora que lo sabemos todo sobre los satélites geoestacionarios vamos a fotografiarlos. La gracia que tiene hacerlo es que, al contrario que el resto de objetos en el firmamento, estos no se mueven para un observador en la Tierra, por lo que en nuestras fotografías de larga exposición aparecerán como puntos estáticos entre trazos de estrellas.
Para realizar este tipo de foto necesitarás al menos una cámara que te permita modo “bulb” y un trípode. El objetivo es sacar una fotografía del estilo de esta:
Llegados a nuestra zona de observación, debemos localizar el ecuador celeste según te hemos indicado. Una vez hecho esto apuntaremos con nuestra cámara a alguna zona próxima al ecuador en la que haya estrellas brillantes fácilmente identificables. A partir de aquí sólo nos queda configurar nuestra cámara para que haga fotografías de varios minutos de duración. La sensibilidad ISO no tiene por qué ser especialmente alta, un valor de 200 o 400 puede estar bien. Eso sí, utiliza la máxima apertura que te permita la lente que estés usando. Por último, como siempre que fotografiamos el cielo nocturno, usa enfoque manual. Recuerda que puedes ayudarte del modo de “visión en directo” de tu cámara y de alguna estrella brillante para ajustarlo.
A partir de aquí ya sólo nos queda disparar. Con un poco de suerte, tras dos o tres minutos de exposición, tendremos una estupenda fotografía de trazos de estrellas entre las que seremos capaces de identificar pequeños puntos que no se han movido. Estos son nuestros satélites geoestacionarios. ¡Ya sólo nos queda intentar identificar cuál de ellos es cada uno!.
Cuentan los expertos que es habitual confundir satélites geo con “hot pixels” del sensor de nuestra cámara. Para asegurarnos que efectivamente se trata de satélites, basta con cambiar ligeramente el encuadre y verificar que estos vuelven a salir en la misma posición relativa respecto al resto de estrellas circundantes.
Nuestra experiencia
Hemos de decir que esta época de confinamiento, por la pandemia de coronavirus que sufrimos al escribir estas líneas, no nos ha permitido salir en su búsqueda. Hemos hecho algún intento desde casa pero, aunque parezca sencillo, en zonas de mucha contaminación lumínica es ciertamente complicado. Nos comprometemos desde aquí a salir a «cazarlos» en una de nuestras próximas microAventuras en las alturas de la isla, y actualizar esta entrada con los resultados. ¡Estate atento!
Una última curiosidad…
¿Sabías que además de las órbitas que te hemos descrito existe una llamada “órbita cementerio”? La órbita geoestacionaria es tan concurrida que, en cuanto un satélite termina su vida útil, es expulsado a esta órbita superior, liberando así un hueco en este codiciado lugar del espacio…
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