A toda persona que se adentra en profundidad en el mundo de la fotografía le llega la hora, tarde o temprano, de practicar la técnica de la larga exposición. Ya sea con las estrellas, con las nubes o con el efecto seda del mar, la larga exposición es una manera de alterar la escena modificando el tiempo. Para ello, nos hemos ido a uno de los mejores lugares posibles para practicar la larga exposición y hemos pasado una mañana entera fotografiando un mar de seda en la playa de Los Roques de Tenerife.
- Dónde: Los Realejos, Tenerife.
- Duración: El trayecto desde Santa Cruz de Tenerife es de unos 40 minutos y tardarás 15 minutos en acceder al lugar desde el estacionamiento
- Dificultad: Baja
- Imprescindible: Protección para el sol y agua, trípode Descargar artículo en PDF
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La playa de Los Roques de Tenerife: características y precauciones
La playa de Los Roques de Tenerife es una de las más salvajes e impresionantes de la isla, ubicada en el municipio de Los Realejos, dentro del espacio natural conocido como Paisaje protegido de la Rambla de Castro, que atravesado por un sendero que recorre palmerales, nacientes de agua, emplazamientos históricos, empieza o termina (según se mire) en la playa de Los Roques.
Antes de continuar con esta microaventura, es obligatorio mencionar que la playa de Los Roques no es una atracción turística. Se trata de una playa aislada y sin servicios, azotada por una fuerte marea que desaconseja por completo el baño. Además, al encontrarse al borde de un acantilado, el riesgo de desprendimientos nos recuerda que debemos ser precavidos y tan solo somos sus breves invitados, puesto que se trata de una playa salvaje con una belleza imponente y una riqueza natural única que debe ser respetada y conservada sin dejar ningún rastro.
Ya en la playa, su composición es mayoritariamente de callaos. Aunque en el pasado fue una gran playa de arena negra volcánica, la fuerza del mar ha ido modificando el paisaje hasta dejar que grandes callaos redondos dominen su superficie, quizás para evitar que el humano se acomode y lo reclame para su disfrute y destrucción, dejando algunas zonas pequeñas de arena que recuerdan su forma original.
En el exterior de la playa, dos grandes roques dominan la salida hacia el mar son los protagonistas principales del paisaje que dan nombre a la playa. Dos gigantes que se enfrentan impasibles a los continuos golpes de las olas que les han dado su forma única, destacando un gran arco de piedra que centra toda la atención de los espectadores.
La fotografía: convirtiendo el océano Atlántico en un mar de seda
La playa de Los Roques está orientada al noroeste y dispone de puntos que miran directamente al oeste, sirviendo de perfecto escenario para fotografiar al atardecer durante cualquier época del año. La elevación del acantilado de espaldas a la playa permite también fotografiar los roques desde primeras horas de la mañana, mientras que la vista panorámica desde las alturas del sendero de entrada hace obligatoria una fotografía panorámica del lugar a cualquier hora del día.
En nuestra microaventura decidimos visitar la playa al amanecer y con marea baja, lo que nos permitiría convertir el paso de las olas sobre los callaos en el conocido efecto seda, practicando la técnica de la larga exposición con las primeras luces del día, para luego quedarnos fotografiando la playa durante el resto de la mañana.
Además con el día nublado y gracias al fuerte oleaje pudimos prolongar la sesión de larga exposición durante más tiempo y conseguir efectos diferentes sobre el mar y el cielo, al no haber luz directa del sol.
Volveremos
Se nos queda pendiente una nueva visita a la playa de Los Roques de Tenerife al atardecer, para ampliar esta microaventura con nuevas tomas y nuevos colores. Cada hora del día y cada época del año es diferente, por lo que siempre merece la pena volver a aquellos lugares únicos que nunca se muestran igual.
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