¿Quién es capaz de resistirse a fotografiar un faro? ¡Nosotros desde luego no!. En esta microAventura vamos a por uno de los muchos que hay en las costas de Canarias. Visitamos el faro del Porís de Abona con el objetivo de fotografiarlo bajo un cielo estrellado.
- Dónde: El Porís de Abona, en la costa este de Tenerife.
- Duración: El trayecto, media hora en coche. Es posible llegar con él hasta el mismo faro.
- Dificultad: MicroAventura muy sencilla. Descargar artículo en PDF
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Sobre los faros y la navegación
Los faros, como las mismísimas estrellas, son ayudas a la navegación marítima, pero por encima de eso se trata de elementos arquitectónicos singulares que llaman la atención a todo el que pasa a su lado, no en vano es esa su función primordial.
La historia de los faros es casi tan antigua como la de la relación entre el Hombre y el Mar. Desde el celebérrimo Faro de Alejandría, torre de señales construída en el siglo III a.C. en la isla griega de Pharos, hasta los más modernas instalaciones actuales, su cometido ha sido siempre el mismo: garantizar la seguridad de los navegantes.

En la actualidad existen muchos y muy diversos tipos de faros, que se diferencian entre sí por la apariencia de las luces, su alcance y el intervalo entre destellos y su número, entre otras características. Los faros están catalogados tanto en las cartas de navegación como en una publicaciones náuticas particulares, denominadas “libro de faros”. En ellas se detalla las características de cada uno en particular, con objeto de poder identificarlo claramente en la oscuridad de la noche.
De día, los faros son además fácilmente reconocibles por su apariencia particular. ¿Has visto alguna vez dos faros iguales?.
Los faros están además impregnados de un halo de nostalgia. ¿No te ocurre que cuando piensas en ello imaginas una época pasada? A mí me viene a la mente la imagen de un solitario farero que sube y baja, día tras día, las pendientes escaleras interiores en su perpetuo trabajo de mantener la luz encendida.
Por su antigüedad, los faros son además testigos del paso del tiempo y escenario de incontables historias. No en vano existen numerosas asociaciones a lo largo del mundo constituidas con objeto de preservar este patrimonio.
En esta era repleta de tecnologías avanzadas la importancia de los faros sigue vigente, pues son parte fundamental en la navegación costera. Sin embargo, por desgracia para los guardafaros, esta profesión está desapareciendo, desplazada por los nuevos automatismos y tecnologías que permiten el mantenimiento y supervisión remota de las instalaciones.
Viviendo en un archipiélago es natural estar rodeado de faros: Orchilla, Sardina, Anaga, Maspalomas, Barlovento, Teno, La Isleta, Pechiguera, Abona, etc.. Algunos muy conocidos y otros no tanto.
Faro de Orchilla – El Hierro Faro de Maspalomas – Gran Canaria Faro de Punta Cumplida – La Palma

Sobra decir que por lo general son un paraíso fotográfico en sí mismos. Son esbeltos, siempre llamativos, y están habitualmente ubicados en lugares remotos o poco poblados, en lo alto de espectaculares acantilados o simplemente en la cercanía del mar, si no en su mismísimo interior.
En esta ocasión visitamos uno en particular, el faro de Punta Abona, en Tenerife, pues tenemos en mente una fotografía del mismo con la Vía Láctea como co-protagonista (si nos has estado siguiendo ya habrás deducido que nos encanta fotografiar nuestra galaxia).
El faro de Punta Abona
El Faro de El Porís se encuentran en el municipio tinerfeño de Arico. Su nombre “oficial” es Punta Abona y es una estructura que data del año 1902. Desde el punto de vista arquitectónico destaca por su elevada torre, de 40 metros de altura, y su pintura a bandas horizontales rojas y blancas. El edificio de la construcción original se encuentra todavía en pie junto a la torre actual. Sobre su tejado pueden verse los restos de la primera linterna.
Para llegar al faro has de tomar la autopista del sur, TF-1, y abandonarla por la salida 39 en dirección a «Arico Viejo, El Porís». Tanto si partes de la capital como si vienes del sur de la isla, el trayecto te llevará alrededor de una media hora.
Tras abandonar la autovía llegarás a un cruce en el que debes girar a la derecha, para pasar después sobre la misma carretera. Has de seguir hasta el pueblo pesquero y, una vez llegado a él, abandonarlo por el sur. Te adentrarás entonces en una carretera de tierra que te llevará directamente hasta el faro.
El faro y la noche: haciendo fotos
Hace ya un año, por esta misma época, llegábamos al lugar al atardecer con un objetivo concreto, fotografiar el faro con la Vía Láctea en vertical justo encima. Esta es una toma que sólo puede obtenerse en una época del año, podríamos decir que, literalmente, “cuando se alinean los astros”. Es a finales de verano, durante los meses de septiembre y octubre, cuando la Vía Láctea se encuentra ya alta en el cielo y el centro galáctico, la parte más interesante de la misma, todavía es visible por encima del horizonte.
Esta “configuración estelar” nos permite poner la Vía Láctea encima de casi cualquier cosa, y un faro es siempre «una buena cosa”. La idea detrás de la foto es simular que es el propio faro el que con su luz ilumina las estrellas. O incluso al revés, que son las estrellas las que dan luz al faro. Eso lo dejamos a tu libre interpretación.
Tras deambular por la zona buscando el lugar idóneo donde montar el equipo, elegimos una zona cercana a la orilla del mar, que nos daba el encuadre idóneo en función del lugar donde aparecería la Vía Láctea. Como te hemos contado en alguna otra ocasión, para este tipo de fotografías necesitas saber aproximadamente a qué hora y por dónde podrás ver nuestra galaxia. Nosotros utilizamos la aplicación PhotoPills, pero puedes emplear cualquier otra, tipo planetario, para obtener la información.
Una de las dificultades que puedes encontrarte es el viento en la zona. Aunque en estos meses los alisios ya deberían soplar con menos intensidad, el día de nuestra visita aún soplaba con fuerte. Otro de los problemas con los que tendrás que lidiar es la contaminación lumínica, en especial si el encuadre buscado, como era nuestro caso, está orientado hacia el suroeste.
Pese al viento y la luz, nuestra insistencia nos permitió sacar alguna fotografía decente.
Con el objetivo cumplido nos entretuvimos un rato más haciendo algunas fotografías de trazos de estrellas antes de marcharnos. En alguna entrada futura te contaremos los diferentes modos que hay para realizar estas capturas, también conocidas como «startrails».
Bonus
La señal de luz del faro de Punta Abona es de tipo GdD(3), que significa que está compuesta por un grupo de tres destellos repetido de manera periódica. ¿No te apetece ir a comprobarlo?
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