El desarrollo de Canarias a lo largo de la historia está marcado por el agua. Inicialmente, las regiones más prósperas serían aquellas que disfrutaban de la abundancia de este recurso, de modo que el ingenio se agudizó a favor de la ciencia para aprovechar cualquier origen de agua, como es el caso del elevador de Gordejuela.
- Dónde: Los Realejos, Tenerife.
- Dificultad: Fácil. La ruta transcurre por un sendero bien habilitado y señalizado.
- Imprescindible: Pese a que se trata de una ruta corta, siempre es positivo llevar agua y algo de comida. En días determinados puede ser necesario llevar chubasquero impermeable y calzado adecuado. Descargar artículo en PDF
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El elevador de aguas de Gordejuela es una antigua estación de bombeo en ruinas. Se trata de la primera máquina de vapor de la isla de Tenerife, construida en el año 1903 con el objetivo de enviar las aguas que nacen en Gordejuela hasta las zonas de cultivo del Valle de La Orotava. No sería tarea sencilla, al menos para la época, remontar el agua a través de 270 metros ascendentes y a lo largo de los dos kilómetros que separan la instalación de su destino, teniendo en cuenta además la dureza de la orografía de esta zona acantilada, constituyendo un gran hito para la construcción y la ingeniería hidráulica.
Una construcción en ruinas en mitad del Paisaje Protegido de la Rambla de Castro
El Paisaje Protegido de la Rambla de Castro se extiende desde la playa de Los Roques de Los Realejos hasta el mirador de San Pedro, en el extremo contrario del municipio. Esta zona concentra una gran riqueza de vegetación y fauna, gracias a la abundancia de agua que fluye bajo el suelo hasta caer al mar desde los acantilados.
El desarrollo agrícola del lugar llevó a la construcción de la Hacienda de Castro y la Ermita de San Pedro en el siglo XVI, el Fortín de San Fernando en el siglo XVIII, armado con cañones para defender esta riqueza (una de las más abundantes de la época) de los frecuentes ataques de piratas, así como el posterior elevador de aguas que nos ocupa en esta ocasión. En la actualidad, las construcciones se mantienen en pie y en buenas condiciones, repartidas a lo largo del sendero del mismo nombre. El caso del elevador de Gordejuela es la excepción de esta conservación, ya que el abandono y el trabajo constante de la erosión han convertido la edificación en una ruina, aspecto que le da un toque más interesante a la imagen.
Cómo llegar al elevador de aguas de Gordejuela
Para llegar al elevador de aguas de Gordejuela deberás tomar el sendero de Rambla de Castro por cualquiera de sus puntos de inicio (mirador de San Pedro o playa de Los Roques). El perímetro de la construcción está vallado y no se permite el paso ni el descenso por el acantilado (te darás cuenta de la peligrosidad), pero puedes ver y fotografiar la construcción desde diferentes puntos de vista que ofrece el camino y el mismo mirador de Gordejuela en lo alto.
El elevador de Gordejuela se hace visible desde bien lejos y su forma cambia según nos acercamos. Una vez sobre el edificio, puesto que este se encuentra en el fondo del acantilado, divisamos la sinuosa escalera (también en ruinas) que conduce hasta la construcción. Aunque nos vemos tentados, decidimos no descender ya que la inestabilidad del camino es más que evidente a simple vista, algo que remarcan las señales de prohibición.
Desde las alturas y desde la seguridad del sendero, bien protegido por muros y vallas, disfrutamos de las vistas de la formidable construcción en ruinas con el mar de fondo. Nos relajamos con el sonido del fuerte embiste del océano contra el cemento e imaginamos cómo se vería la zona en los primeros años del siglo XX.
Más microaventuras que siguen el curso del agua
Teniendo en cuenta la importancia del agua durante la historia de Canarias y su presente, nuestras microaventuras a menudo transcurren por lugares marcados también por ella. La conocida como ruta del agua o las casas del Aserradero en Tenerife, la presa de Las Niñas o el barranco de Azuaje en Gran Canaria, el embalse de La Laja en La Gomera o el barranco de Las Peñitas en Fuerteventura son un ejemplo de nuestro paso por el curso del agua.
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