El Charco Manso

El conocido como Charco Manso es uno de los muchos enclaves costeros de la isla de El Hierro que vale la pena ser visitado. Arcos de roca y bufaderos rodean esta ensenada volcánica acondicionada para el baño. Un exponente más del encuentro entre lava y mar tan habitual en nuestras islas.

Arcos de roca, bufaderos y un delicioso baño

No es El Hierro pródiga de playas. En esta pequeña isla atlántica predominan los grandes desniveles, los barrancos, la lava y el picón, la bruma. Vista desde el aire la isla es apenas un resto geológico de lo que antaño fuera un inmenso volcán.

La isla esconde sin embargo grandes secretos en su costa. Una fauna marina sin igual, que la ha convertido en paraíso de buceadores, atrae a la mayoría de visitantes a la vertiente sur. La costa norte, quizás algo más olvidada, es igualmente digna de admiración. El mar, impulsado por el viento alisio, es aquí más bravo, y embate con fuerza a lo largo de todo el litoral. Pero la naturaleza es caprichosa, y aun en lugares tan poco propicios, ha creado toda suerte de pequeños oasis para aquellos que ansían un baño en el Atlántico. Rincones como el Charco Azul, que a modo de charcos o ensenadas, protegidos del embate de la marea, que hacen las delicias de propios y extraños. 

Nuestra microAventura de hoy transcurre en uno de estos lugares, el Charco Manso. Se trata de un enclave localizado en el mismo norte de la isla, a poca distancia de Valverde, la capital. Aunque es frecuentado fundamentalmente en verano – no en vano se trata de una popular zona de baño – nosotros lo hemos visitado en pleno invierno. Tenemos cierta tendencia inconsciente a hacerlo así. Ir a sitios a destiempo, con el propósito de captar la esencia del lugar, sin más intervención humana que nuestra propia presencia.

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Es el Charco Manso un lugar ciertamente pintoresco. Una gran lengua de agua se adentra entre la lava creando una enorme piscina natural. Bien acondicionada para el baño, con zona de aparcamiento, accesos habilitados, y hasta un chiringuito, el lugar nos sorprende solitario. Solo un pescador aprovecha estas primeras horas de la mañana para probar suerte, apostado al borde de un acantilado.

Deambulamos por el entorno descubriendo impresionantes arcos de roca, frecuentes en toda la geografía insular, y nos dejamos sorprender por bufaderos que resoplan aquí y allá. Géisers que tienen la virtud de detener el tiempo, pues puedes pasarte largo rato absorto admirando una y otra vez sus resoplidos.

Como en toda microAventura, salirse ligeramente del plan previsto tiene su recompensa. A muy poca distancia del propio charco, a la derecha del mismo mirando hacia el mar, podemos encontrar el que probablemente sea uno de los arcos de piedra más impresionantes de la isla. Una formación rocosa de singular belleza que no es visible desde la zona de baño, y que pasa fácilmente desapercibida.

También aquí dedicamos largo rato a pasear, deleitarnos con el paisaje y hacer fotografías.

Volveremos al Charco Manso en verano, en otro plan, a darnos un chapuzón y disfrutar del buen tiempo. Sin duda lo pasaremos bien, pero será otra experiencia. Una más de las que ofrece esta isla, pequeña a la vez que infinita, en la que algunos se aburren pasados dos días, y otros como nosotros no dejamos de redescubrir constantemente.

Cómo llegar al Charco Manso

El Charco Manso se encuentra en la costa norte de El Hierro. Es probablemente uno de los puntos más septentrionales de la isla. Salvar los poco menos de 9 km que lo separan de Valverde, la capital, te llevará apenas 20 minutos.

Para llegar debes dirigirte a la localidad de Echedo. Puedes llegar por dos vías. Bajando en dirección aeropuerto y tomando la H-5 al poco de pasar la gasolinera, o dirigirte hacia Frontera hasta el barrio del Mocanal, para tomar allí la H-152 que te llevará a Echedo.

Una vez allí el trayecto hacia el Charco Manso está bien señalizado. Ambas rutas confluyen en la carretera H-151 que, transitando entre volcanes, te llevará directamente a tu destino.

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