En nuestras islas existe un buen puñado de árboles monumentales. Fabulosos ejemplares de castaños, dragos y cedros que sobresalen entre el resto por su imponente porte o su longevidad. Visitamos hoy uno de ellos: El drago centenario de Pino Santo.
- Dónde: Santa Brígida.
- Duración: 15 min.
- Dificultad: Baja.
- Imprescindible: Cámara de fotos. Calzado adecuado. Descargar artículo en PDF
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Un Drago Centenario
Hay ocasiones en las que, frente a los habituales planes de largas caminatas y visitas a lugares inaccesibles, apetece salir a dar un corto paseo. Coger aire y desconectar sin necesidad de anticipar grandes esfuerzos físicos ni horas de planificación. Esta microAventura que te proponemos hoy entra justo dentro de esta categoría.

Como te decíamos al principio son muchos los árboles monumentales que pueblan nuestras islas. Si nos sigues con asiduidad sabrás que ya hemos visitado algunos de ellos en el pasado, como el Patriarca , el árbol Garoé, o el Castaño de las Siete Pernadas. Hoy vamos en busca de un ejemplar de drago. En concreto el de mayor porte de la isla de Gran Canaria. Es el conocido como el Drago de Pino Santo, o de Barranco Alonso.

Salimos a media tarde hacia Santa Brígida, un domingo de tiempo “tristón” y poca gente en la calle, y llegamos al barrio de Pino Santo. Aparcamos muy cerca del camino que lleva a nuestro destino he iniciamos una breve caminata.


Iniciamos un recorrido de apenas unos 300 metros, que parte de un puente sobre el barranco. Desde los primeros pasos nos adentramos en un rincón húmedo y por momentos frondoso. La sombra que proporcionan las laderas del barranco ayudan a mantener la humedad, y la vegetación es abundante.






Estamos en invierno. El verdor reinante revela que ha llovido algo por la zona recientemente. Tabaibas y vinagreras crecen sobre un manto de trebolina y marañuelas, todavía sin florecer. Pequeñas palmeras canarias brotan aquí y allá, a la sombra de otros grandes ejemplares adultos diseminados por todo el barranco.
Dejamos atrás una edificación abandonada. Probablemente un pozo o algún otro tipo de infraestructura hidráulica y llegamos ya a nuestro destino.



Tras un corto recorrido aparece nuestro drago. Colgado de modo inverosímil sobre un promontorio de roca se eleva majestuoso en el margen izquierdo del sendero. Un recodo en el fondo del barranco hace las veces de mirador. Es el lugar ideal para sentarse a admirar este prodigio de la naturaleza y sacar algunas fotografías.




Con una edad estimada de más de 240 años y 17 metros de altura este ejemplar de drago impresiona, no solo por su proporcionado y elegante porte, sino por el lugar preciso del que nace. Su tronco emerge inexplicablemente de un macizo de basalto al margen del barranco y cuesta entender como es capaz de mantenerse en pie en semejante ejercicio de equilibrismo.

Leemos que ha sido posible determinar la edad, entre otras cosas, por la existencia de fotografías antiguas que han permitido calcular el crecimiento de sus ramas. Quien sabe, quizás las fotos que hemos tomado hoy sirvan dentro de unos siglos para hacer un nuevo cálculo.

Es tarde, el día está algo desapacible. Apenas nos hemos cruzado con dos personas en el camino, y sin embargo nos vamos con buen sabor de boca. Pues hemos disfrutado del privilegio de poder estar a solas durante un rato en compañía de este vecino centenario.
Cómo llegar
El drago centenario de Pino Santo se encuentra en el Barranco de Alonso, en el municipio Gran Canario de Santa Brígida. Te dejamos indicada en el mapa su localización. Como verás está muy próximo a la carretera por lo que el lugar es de fácil acceso.



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