Los aficionados a la astronomía valoran continuamente las condiciones del cielo para realizar observaciones. Si se trata de tomar fotografías, el estado de la atmósfera determina en gran medida la calidad de los resultados. Dos son las condiciones a tener en cuenta. Por un lado la estabilidad del aire marcada por las turbulencias, corrientes, vientos; por otro lado, la presencia de vapor de agua y partículas como las contenidas en los humos, en la contaminación, el polvo o en la calima que con frecuencia nos visita.
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Más allá del interés de los aficionados por el cielo, hay días en que las condiciones del aire son tan llamativas que todos podemos apreciar ese estado tan particular de la atmósfera, limpia, estable, con amaneceres y atardeceres espectaculares, con mañanas luminosas y brillantes. Mediodías azules y noches de cielos negros donde las estrellas casi no titilan.
Nos sentimos felices de vivir y disfrutar días maravillosos.
Se nos ocurre pensar que a las Islas que, en cada momento laten con el corazón de sus habitantes, les pasa más o menos lo mismo. También esos días, nuestro Mare insularum -mar de las islas- y, a la vez Corriente de Canarias se muestra en calma mientras fluye suavemente entre ellas.
Las Islas se contemplan unas a otras. Se buscan contínuamente en el horizonte Nos vienen a la memoria imágenes espectaculares de algunos recorridos hechos por ellas. Por ejemplo las vistas de Alegranza, La Graciosa, Montaña (Santa) Clara, los Roques, los Fariones, El Río; Isla de Lobos, Corralejo, Los Ajaches; la península de Jandía vista desde Gran Canaria y viceversa; El Hierro, La Gomera y La Palma desde Tenerife y todas ellas mirando al Teide, su majestuoso volcán.
Sabes de lo que hablamos.
No hay que desplazarse ni viajar a sitios lejanos. Basta con prestar atención, mirar y tal vez sentir.
Te ofrecemos unas fotografías tomadas desde Santa Cruz mirando hacia Gran Canaria en tres días claros de noviembre.
En la Isleta, la primera montaña es la del Faro (248 m). A continuación El Colorado (235 m) y la tercera es la Altalaya del Vigía (217 m). En algunas tomas el faro puede verse encendido. Un velero aparece a la izquierda y posteriormente a la derecha detrás del puente portacontenedores.
A la derecha de la Atalaya del Vigía puede verse una estructura metálica. La perspectiva nos engaña al hacer parecer que el buque es de mayor tamaño que los volcanes, que tienen todos más de 200 m de altitud.
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