En la costa sur de la isla, en medio del terror urbanístico del turismo de masas, se encuentra este pequeño oasis. Una playa que alberga una sucesión de cuevas marinas que quedan al descubierto durante la bajamar, y son escenario de idílicas puestas de sol.
Playa de Veneguera
Veneguera fue hace pocas décadas símbolo de la defensa del entorno natural frente al infinito apetito urbanizador de los promotores turísticos. Fruto de aquellos días este enclave del sur de Gran Canaria permanece todavía hasta cierto punto inalterado.
Tufia
En la costa este de Gran Canaria, rodeada por el paisaje propio de un poco planificado desarrollo industrial, se encuentra esta pequeña localidad. Un inesperado caserío construido entre dos ensenadas de arena, al borde mismo de la marea, frecuentado por buceadores y amantes del descanso frente al mar.
Playa de Guayedra
Canarias en un territorio relativamente pequeño, aun así existen todavía lugares en las islas que sobreviven – quizás por poco tiempo ya – a la explotación turística de masas. Enclaves como la Playa de Guayedra constituyen vestigios de un pasado no tan lejano, en el que la naturaleza virgen dominaba el paisaje y la presencia del hombre era casi testimonial.
Roque del Farallón
Toda la geografía canaria está salpicada de lugares inesperados. Sitios que a primera vista carecen de interés, sorprenden cuando se les recorre con sosiego y se les observa con mirada curiosa. El Roque del Farallón es una de esas gratas sorpresas que se revelan ante el visitante de forma súbita, y cambian por completo su percepción del entorno.
Barranco de la Manta
Nos desplazamos en esta ocasión al suroeste de la isla de Gran Canaria, en un trayecto que nos llevará a visitar Los Azulejos de Veneguera y a recorrer a pie un tramo del Barranco de la Manta.