Durante nuestro primer road trip alrededor de Islandia atravesamos la península de Reykjanes a través del Parque Nacional de Reykjanesfólkvangur. Se trata de una zona volcánica muy activa y la región más joven de la isla, donde predomina una riqueza de paisajes tan inabarcable como su nombre.
- Dónde: Islandia.
- Imprescindible: Ropa de impermeable y abrigo, incluso en verano, así como llevar provisiones, agua y comida en el coche en caso de imprevistos en esta región aislada. Descargar artículo en PDF
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La península de Reykjanes es una continuación de la dorsal atlántica, que nace en el mar, en el extremo de la península y atraviesa toda Islandia en diagonal desde el suroeste hasta el noreste (Visit Reykjanes). Por ello, no es de extrañar que nos encontremos abrumados en este paisaje volcánico inmenso, sobrecogedor y de nueva creación.
Tras pasar la noche en Kéflavik debido a nuestra llegada en avión de madrugada, nos dirigimos a Grindavik. Pasamos de largo por esta pequeña población del sur de Reykjanes, unos años antes de las erupciones actuales que mantienen al pueblo en vilo. Desde aquí tomaremos la espectacular carretera de la costa hacia el este, hasta conectar con la vía 42 para atravesar la península en un corte de sur a norte.
Por el camino, la espesa alfombra de musgo que cubre el territorio poco a poco va dando paso a un paisaje de volcanes, que se funden con el verde de la hierba, el amarillo de las fumarolas y el azul de los grandes lagos. Los caballos son los únicos habitantes de esta zona extensa y aislada, donde nos sorprende la perfección de los conos volcánicos, algunos ocupados por lagos cristalinos. Llaman la atención las extensas playas interiores de arena negra que por un momento nos devuelven a Canarias mientras que seguimos la carretera interminable que nos conduce en línea recta por está región salvaje.






A pesar de estar en un parque nacional, la explotación turística de la zona es casi imperceptible. La popular laguna azul y algunas empresas que ofrecen paseos a caballo son las únicas atracciones que dejamos atrás sin mostrar interés ante los mayores atractivos que nos ofrece la naturaleza en su estado original.

Nuestro paso por el Parque Nacional de Reykjanesfólkvangur es solo el inicio de los grandes viajes que hemos realizado a Islandia, recorriendo todo el país a través de su carretera circular A1. A partir de aquí nos esperan nuevas microaventuras, desde las cascadas de Seljalandsfoss y Skógafoss, pasando por el glaciar Vatnajökull y la impresionante playa de Stokksnes, entre otras paradas hasta capturar la aurora boreal en el norte de la gran isla.
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