En contra de lo que a primera vista pudiera parecer, la costa sureste de las islas está llena de entornos naturales de gran belleza. En nuestra microAventura de hoy visitamos uno de ellos, los Roques de Fasnia.
- Dónde: Costa del municipio de Fasnia.
- Duración: Unos pocos minutos andando, en función del lugar de aparcamiento. El trayecto en coche desde la zona metropolitana lleva en torno a 30 minutos.
- Dificultad: Sencilla. Apenas hay que tener algo de cuidado al descender a la playa.
- Imprescindible: El bañador, por si empieza a pegar el sol y te apetece un bañito. Descargar artículo en PDF
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Nuestro destino: Los Roques de Fasnia
Si transitas con frecuencia por la TF-1, la carretera que conecta la zona metropolitana de Tenerife con el sur de la isla, es posible que las vistas no te llamen mucho la atención. La mayor parte del recorrido transcurre sobre un terreno prácticamente desértico y sin apenas vegetación. Personalmente creo que este tipo de paisaje, tan propio de la vertiente sur de las islas de mayor relieve, tiene su encanto particular. Un encanto, eso sí, estropeado por la presencia del hombre y su acción sobre el entorno.
La mayor parte del trayecto se encuentra salpicado de cultivos en invernadero, combinados con construcciones de dudoso gusto. Carreteras, pistas de tierra por aquí y por allá, y antiguas edificaciones abandonadas. Todo ello hace difícil imaginarse como era el lugar en un pasado remoto.
Más recientemente el paisaje se está viendo modificado por la presencia, cada vez mayor, de nuevas instalaciones de producción de energía renovable. Los parques fotovoltaicos se extienden como una coraza que cubre la roca blanca típica del lugar, y los aerogeneradores, cada vez más grandes, giran al ritmo de los Alisios colaborando en reducir nuestra dependencia del petróleo de otros.
Algunos de los parques eólicos más modernos son realmente impresionantes, como este de Icor.
En esta ocasión sin embargo nos dirigimos a la playa de Los Roques, situada unos kilómetros antes, en el municipio tinerfeño de Fasnia.
El lugar dista unos 35 km de la capital de la isla. La mayor parte del recorrido discurre sobre la autovía TF-1 en dirección sur, hasta alcanzar la salida 32, señalizada como “Fasnia – Los Roques”.
Tras dejar la autovía has de seguir las indicaciones hacia “Los Roques”, que te llevarán a pasar por debajo de la carretera en dirección al mar.
Avanzando unos quinientos metros alcanzarás la línea de costa, donde verás un pequeño poblado de pescadores flanqueado por algunas construcciones dedicadas al veraneo. La verdad es que las vistas al llegar no son las de un lugar idílico. De nuevo la mano del hombre ha estropeado hasta cierto punto el atractivo natural de un lugar singular.
Callejeando a través del caserío, a mano derecha mirando hacia el mar, llegamos a la playa que da nombre al lugar. La ensenada está presidida a la izquierda por el impresionante “Roque de Dentro”. Su enorme altura protege la costa de la acción del viento, tan frecuente en esta zona. El roque crea así una zona de abrigo natural que muy probablemente atrajo a los primeros habitantes de la zona.
Desde la playa, mirando hacia el este, se avista el segundo de los roques que da nombre a la zona y que, tal y como habrás adivinado, se conoce como “Roque de Fuera”. La escena se parece a la que observamos en la costa norte de la isla en nuestra microAventura a la Rambla de Castro: una gran formación rocosa erosionada por el mar que emerge de las aguas del Atlántico.
Fotografiando el amanecer
No te he contado que nuestra microAventura comenzó bien temprano, pues el objetivo era fotografiar la zona al amanecer. Al llegar al lugar dedicamos un buen rato a reconocer el sitio, y buscar zonas concretas que fueran de nuestro interés fotográfico.
Tras sopesar las posibilidades de fotografiar el Roque de Fuera desde una zona alta de aparcamiento, la idean no nos terminó de convencer. Decidimos entonces inspeccionar parte de la costa del lugar en dirección norte.
Bordeando el caserío alcanzamos entonces la conocida como “Playa del Abrigo”. La ensenada, cubierta de fina arena negra, es ideal para darse un baño lejos de las aglomeraciones turísticas del sur de la isla.
Sobrepasada la playa llegamos al que acabaría siendo nuestro destino final: justo al alcanzar la conocida como “Punta del Abrigo”, al final de la playa, se nos aparece una pequeña cala cubierta de callaos, con algunas rocas emergiendo de entre las aguas a pocos metros de la costa. El lugar y su orientación con respecto al amanecer, llamó inmediatamente nuestra atención.
Nos pertrechamos con el equipo y descendimos hasta la playa. Allí sólo restaba esperar a que el sol pusiera punto final a nuestra microAventura, elevándose majestuoso sobre el horizonte.
Te dejamos a continuación algunas de las fotografías que sacamos aquel día. ¡Esperamos que te gusten!
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